La Unión Europea le puso fecha a la firma del acuerdo de libre comercio con el Mercosur

El bloque quiere cerrarlo en febrero en una cumbre de la OMC en Abu Dhabi. Bruselas analiza dividir el tratado para acelerar su aplicación. La postura de Francia y la Argentina.

“Estamos a un paso, sólo faltan detalles, necesitamos cerrarlo ahora”. Palabras más, palabras menos, este es el comentario que hacen prácticamente todos los funcionarios europeos y latinoamericanos consultados por TN que siguen el día a día de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur para alcanzar el –tantas veces pospuesto- acuerdo de libre comercio.

Las conversaciones tomaron otra velocidad en las últimas semanas tras la llegada de Javier Milei a la Argentina y antes de que España le entregue a Bélgica la presidencia del Consejo Europeo, el órgano político de la UE. En los últimos días hubo reuniones técnicas entre los distintos países del Mercosur y el bloque europeo para pulir detalles.

Lo que resta definir son las condiciones políticas. El tratado consta de tres partes: una comercial, otra de cooperación y, por último, la política. La primera fue la que se firmó en julio de 2019, mientras que la segunda se concretó en 2020. Resta la política.

Ambas partes apuntan a fin de febrero para alcanzar la firma. Según pudo constatar TN de distintas fuentes en Bruselas, el cronograma que plantea la Unión Europea internamente es el siguiente:

  • En la semana del 8 de enero de 2024 se reunirán los grupos para analizar las últimas propuestas que devolvió el Mercosur.
  • A la siguiente semana se prevé convocar a la Comisión Europea para empezar la conclusión del acuerdo.
  • Para los primeros días de febrero del próximo año la idea es que haya un acuerdo explícito.
  • La firma podría llegar en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) organizada del 26 al 29 de febrero en Abu Dhabi.

A este esquema de planificación se llegó tras distintas reuniones que se vienen produciendo en estos días. A pesar de que Paraguay tiene la presidencia pro tempore del Mercosur, es Brasil quien más está llevando las negociaciones del bloque dado que ya habían quedado las bases sentadas de los últimos meses cuando Lula estaba al frente del Mercosur.

Inclusive, muchos habían especulado con la posibilidad de que el acuerdo se firmara en la última cumbre de líderes del Mercosur celebrada el 7 de diciembre en Río de Janeiro. Por lo bajo, desde las cancillerías latinoamericanas y europeas apuntan a que la Argentina de Alberto Fernández no estaba dispuesta a firmarlo, aunque Paraguay y Brasil también tenían diferencias con países europeos, como Francia.

Para acercar posiciones con la Argentina, desde Bruselas resaltan el trabajo de negociador de Marcelo Cima, el nuevo secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Diana Mondino, mientras que en Buenos Aires también remarcan cómo se movió Amador Sánchez Rico, el embajador de la UE en el país.

La posición de Francia y por qué se negocia contrarreloj

Hay que firmarlo ahora para ya cerrarlo y después durante el año que viene se negociará la ratificación en cada uno de los países”, esgrime ante este medio otra de las fuentes europeas que trabaja y busca que la firma llegue lo más pronto posible.

¿Por qué el apuro? Las partes consideran que se abrió una ventana que, si se cierra, difícilmente se pueda volver a abrir. Hay consenso en ambos bloques y, además, en junio del año que viene se cambian las autoridades de la Unión Europea, las de la Comisión y el Parlamento.

Ella es una de las personas que más impulsa una UE amplia y presente en todo el mundo. Considera que en América Latina hay socios fundamentales que los europeos necesitan. Quedó a la vista tras la necesidad de recurrir a los recursos que tiene la región tras la invasión de Rusia a Ucrania y el quiebre del vínculo europeo con Putin.

Mucho se ha hablado de la ratificación del tratado una vez que se termine de firmar. Cada uno de los parlamentos de los 27 países de la UE y los 4 del Mercosur tendrán que validarlo, sino no entrará en vigencia. Esto ocurre porque se trata de un llamado “acuerdo mixto”, donde las mencionadas partes política, comercial y de cooperación están todas juntas.

Allí es donde toman mayor relevancia la postura de Francia y los países reticentes a avanzar con la firma, como Bélgica o Austria. Hasta el momento hay optimismo en que una ola de aceptaciones arrastre a estos países a la ratificación en cada uno de sus parlamentos. Caso contrario, y según pudo confirmar TN, Bruselas tiene una última carta que jugar: la de dividir el acuerdo en partes.

Sucede que toda aceptación y manejo de las políticas comerciales del bloque son potestad de la Unión Europea y no de los países miembro. Por ende, si el tratado se llega a dividir en partes y Bruselas decide aplicar el tratado comercial –que ya se firmó en 2019-, ningún mandatario podría oponerse.

Pero, al mismo tiempo, esta decisión tendría un costo político alto para la Comisión Europea, que viene pregonando por la unidad, el multilateralismo y el consenso entre los miembros del bloque. Podría generar un repudio y clima de enojo social contra la UE, con consecuencias impredecibles ante el temor siempre presente de que algunos países quieran abandonar el espacio como hizo el Reino Unido años atrás. Sin mencionar la posibilidad de que grupos nacionalistas y ultraconservadores encuentren un terreno fértil para su crecimiento.

Frente a este panorama, y aunque sea prácticamente imposible cerrar las negociaciones este año tal como había pedido von der Leyen, tanto Bruselas como el Mercosur apuntan a pulir los detalles y la firma para fin de febrero. La ratificación, o la posibilidad de dividirlo en partes, será tema de negociación en un futuro posterior.

TN

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