Una familia necesitó en marzo $773.385 para no ser pobre, en Mendoza se necesitan $680.000
La cifra surge de la variación de la canasta básica total, que subió 11,9%; la alimentaria, usada para medir la línea de la indigencia, se incrementó 10,9%.
En Mendoza la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas dio a conocer el incremento costo de vida en la provincia: 9,2%.
La DEIE de Mendoza informó que la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en marzo ascendió a $93.899 para una persona adulta. Para cubrir las necesidades mínimas nutricionales y no considerarse pobres extremos o indigentes, tuvieron que disponer, para una sola persona $290.1149 para la Canasta Básica Total. Para no ser pobre, una familia de cuatro integrantes (dos niños y dos adultos), se necesitan se necesitan $680.000 y para no ser indigente cerca de $300.000.
En tanto a nivel nacional la canasta básica total (CBT) y la canasta básica alimentaria (CBA), que se utilizan para fijar el ingreso que se necesita para no caer en la pobreza o la indigencia, respectivamente, volvieron a desacelerar su ritmo de aumento en marzo, pero en la medición interanual siguen muy por encima de la inflación. Así, una familia tipo necesito en el tercer mes de año $773.385 para no ser pobre y $358.049 para no ser indigente.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la CBT tuvo una variación de 11,9% y la CBA fue de 10,9%, contra 15,8% y 13,1% en febrero, respectivamente. Se trata de la tercera baja consecutiva en el ritmo de incremento, luego del pico que se produjo a fin del año pasado, cuando pasó de 15,2% en noviembre a 30,1% en diciembre.
Pero lo más preocupante en las cifras que arrojaron ambas canastas es que en la medición interanual las dos tuvieron aumentos muy por encima de la inflación en igual período. Así, mientras que la inflación tuvo una suba de 287,9% en los últimos doce meses, el alza de la CBT en ese lapso fue de 304,4% y el de la CBA, de 308,2%.
Estas cifras tendrán su correlato en un aumento de la pobreza y de la indigencia, sobre todo teniendo en cuenta que los salarios crecen a menor ritmo, ya no solo de la inflación, sino de estas canastas.
En este sentido, Virginia Giordano, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), comentó que los salarios en 2023 quedaron muy rezagados en comparación con el valor de las canastas. “Hubo un 22% de pérdida de poder adquisitivo. Y en lo que va del año (sumando enero, febrero y marzo) muy pocos sectores han alcanzado los 49 puntos que subió la canasta alimentaria y los 56 de la total. Menos aún los informales, jubilados o perceptores de planes sociales”, explicó.
Giordano amplió su análisis y resaltó que, con los ajustes de precios que aún no impactaron completamente en el IPC (como las tarifas de gas y electricidad) e imaginando un escenario con dólar quieto, aún quedan varios meses con inflación alta. “Si los salarios no se recuperan o siquiera ajustan de manera equivalente, es muy probable que las cifras de pobreza sigan aumentando. Del mismo modo, si no se mejoran las estrategias de contención social”, concluyó la economista.
En el segundo semestre del año pasado la pobreza fue de 41,7%, mientras que la indigencia alcanzó un 11,9%, evidenciando un fuerte salto, según datos del Indec. Según ese organismo, en todo el país, la cantidad de pobres llegó a 19,5 millones, mientras que los indigentes despegaron a 5,4 millones. En el cuarto trimestre, según estimaciones privadas, la pobreza podría haber tocado casi el 45%.
La economista Guadalupe Biron, de la consultora Empiria, comentó que los datos mejoran en el margen, pero aún son números muy preocupantes. “La cifra de $ 773.000 para que una familia de cuatro integrantes no caiga en la pobreza es muy alta. En línea histórica, con 2,7 salarios mínimos se cubría esa canasta [básica total], hoy ese número es 3,8. Bajó respecto del mes anterior, cuando se necesitaron 4,4 salarios mínimos, pero igual sigue altísimo″, remarcó.
En tanto, el economista Eugenio Marí, de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que las canastas básicas quedaron a las puertas de anotar variaciones de un dígito mensuales y opinó que se trata de un escenario relativamente positivo, porque muestra que la inflación sigue bajando. “Que esta baja se profundice es lo fundamental para empezar a recuperar el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones en lo inmediato”, agregó.
Sin embargo, Marí señaló que no debe perderse de vista el panorama global. En este sentido, dijo que la Argentina sigue siendo una economía que viene a cumplir 13 años con el PBI moviendo cíclicamente alrededor de una tendencia estancada. “Esto es lo que ha propiciado que casi el 45% de las personas no alcancen la línea de la pobreza. Línea que para un adulto equivalente se ubicó en unos US$250 en marzo de este año”, analizó el economista.