Después de 17 años, Argentina deja de comprar gas a Bolivia, abastecerá a 7 provincias y a Brasil
La UTE Techint-Sacde informó que culminó esta semana los 100 kilómetros de caño en Córdoba que forman parte del proyecto. La puesta en marcha de la obra para revertir el flujo del fluido está prevista para septiembre.
Se trata de una obra clave que permitirá transportar el gas de Vaca Muerta a siete provincias del norte argentino y sustituir importaciones. La puesta en marcha de la obra, que originalmente debía entrar en funcionamiento antes de este invierno, está prevista desde septiembre. La activación del nuevo sentido del gasoducto marcará el final de la importación de gas desde Bolivia, que demandó casi USD 20.000 millones en pagos y se extendió por cerca de 18 años.
Las empresas alcanzaron en forma anticipada la condición de Apto para Funcionar (APF), adelantando las fechas previstas en el contrato y sus condiciones vigentes. La ejecución fue realizada para Energía Argentina SA (Enarsa), bajo la modalidad de contrato EPC (ingeniería, suministros y construcción).
La reversión del Gasoducto Norte demandó una inversión de unos USD 710 millones y permitirá revertir el flujo gasífero que viene desde Bolivia para llevar el gas de Vaca Muerta a las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, así como la conexión de hogares a la red de gas natural, la generación de electricidad y el desarrollo de actividades como la industrial o la minería de litio.
Según informó la UTE, la construcción de los 100 kilómetros de ducto de Integración Federal tuvo como desafío la ejecución de más de 30 cruces especiales, como rutas provinciales, arroyos y ríos. En el pico de la obra trabajaron más de 1.100 personas y se movilizaron más de 500 equipos de construcción. Para su desarrollo, precisaron, fue necesario transportar más de 8.000 tubos de 12 metros desde Buenos Aires a Córdoba, lo que equivale a más de 2.000 viajes de camiones, que recorrieron más de 1.300.000 kilómetros sin incidentes.
En concreto, la reversión del Gasoducto Norte demandó una inversión de unos USD 700 millones y permitirá revertir el flujo gasífero que viene desde Bolivia para llevar el gas de Vaca Muerta a las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, así como la conexión de hogares a la red de gas natural, la generación de electricidad y el desarrollo de actividades como la industrial o la minería de litio, por ejemplo.
Con el plan original del Gasoducto Norte se esperaba un ahorro en importaciones por casi USD 2.000 millones anuales desde 2024. Sin embargo el Gobierno anterior no terminó el proceso de licitación de las obras y la gestión de Javier Milei también tuvo demoras para avanzar en ese sentido, por lo que este año hubo que negociar mayor abastecimiento de energía proveniente desde Bolivia y Brasil.