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River desencantó: empató 0-0 ante Defensa y Justicia por la Copa

River Plate. el equipo de Gallardo, con mayoría de habituales suplentes, no pudo quebrar al local que jugó casi todo el ST con diez por la roja a Palavecino.

La cabeza de River estuvo lejos de Florencio Varela. Muy lejos. Y se notó por el equipo totalmente alternativo que paró Gallardo sobre el maltrecho césped del Tito Tomaghello -la lluvia y un caño roto hicieron de las suyas-. Pero también porque, más allá de algunas gambetas de Mastantuono, una que otra corrida de Solari y el buen regreso del Pity Martínez, poco fue lo que mostró ante un Defensa y Justicia que se las ingenió, pese a sus limitaciones -y a jugar 40 minutos con diez-, para llevarle peligro al arco defendido por un hiperactivo Ledesma.

Un preciso termómetro de lo mal que jugó el Millonario fue la cara de pocos amigos de su entrenador-estatua. El Muñeco, que se había mostrado muy sonriente cuando le tocó saludar al Beto Bologna y a Pablo De Muner, DT del Halcón, no volvió a mostrar los dientes hasta el final del partido. No le gustó nada lo que hicieron sus muchachos.

Es que River lució perdido, sin nadie que se hiciera cargo de la conducción. El Diablito Echeverri arrancó muy flojo, mientras que Kranevitter y Villagra, que conformaron un doble cinco, tampoco se mostraron como salida ni aprovecharon para venderse como alternativa de recambio para reforzar el mediocampo en la revancha del martes contra Atlético Mineiro en el Monumental luego del doloroso 0-3 que se trajo de Belo Horizonte. Ahí estaba la cabeza del club de Núñez.

Lo mejor del Millonario se vio en el primer cuarto de hora con los desbordes de Solari y las llegadas a fondo de Mastantuono, que arrancó maniatado contra la banda izquierda pero se las ingenió para terminar como nueve. El pibe de Azul tuvo una clarísima, pero perdió en el duelo con Bologna.

Hasta ahí duraron los violines en River. Porque Defensa, a pesar de su pobre presente -arrancó la fecha penúltimo, solo por encima de Barracas Central-, empezó a ganar los duelos en el medio con el chileno César Pérez, Kevin López y Aaron Molinas como abanderados. Ellos empezaron a generar juego y también a preocupar a Ledesma, que poco a poco fue agigantando su figura. La más clara estuvo en los pies de Palavecino, que obligó al ex Rosario Central a mostrar todos sus reflejos para mandar la pelota al córner. Antes Soto fue el que probó los reflejos de Conan con un remate desde la izquierda.

También hubo tiempo para la polémica: Casco saltó con Ramos Mingo y le dio un codazo involuntario. Para el VAR había infracción y penal. Pero el árbitro Ramírez no pensó lo mismo y eligió quedarse con la suya y provocarle una bronca infernal a De Muner que se fue expulsado por protestar.

Clarín

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