OPINIÓN: Santiago Caputo, de Topito a flor de Topo
En la semana en que Caputo logra que Milei cometa su peor error, los kirchneristas vuelven a demostrar, entre gritos patéticos y silencios vergonzosos, sus miserias.
En su momento, el kirchnerismo tampoco había condenado el atroz ataque terrorista del 7 de octubre. Solo emitieron esa clásica declaración de compromiso llamando a las partes a buscar la paz, como si un país pujante y democrático en donde reina el estado de derecho fuera lo mismo que una organización terrorista que se ha propuesto terminar con Israel, con sus habitantes y con todos los judíos del mundo.
Curiosamente ese mismo jueves fue el cumpleaños de Cristina. ¿Será que no quisieron arruinarle el festejo? Ya nada debería sorprendernos de quienes impulsaron el Memorándum con Irán e insisten en reivindicar la dictadura de Maduro. Lamentable.
Sin embargo, el daño electoral producido por Caputo parece haber sido casi nulo. Nada comparado con la Festichola en Olivos o el Vacunatorio Vip. Alberto dejó la vara muy alta.
Por eso, aún en semanas tan duras como esta, uno ve las reacciones kirchneristas y corre a sumarse al delirante baile de Javi y Kari sin dejar de debatir si son boludos o chorros.
Y toser. Toser con ellos, toser mucho, toser todos juntos, toser abrazados. Toser hasta el amanecer.