Apagón en España I Un golpe a la industria de alcance aún desconocido

El apagón eléctrico que este lunes se registró en toda España y Portugal obligó a detener operaciones industriales estratégicas, con paradas en refinerías, fábricas de automóviles y siderúrgicas. Aunque las causas del corte aún no han sido esclarecidas, su impacto sobre el tejido productivo fue inmediato y significativo. En el sector energético, la refinería de Petronor, en Muskiz (Bizkaia), detuvo todas sus unidades a las 12:32 horas debido a una pérdida de suministro eléctrico «ajena a Petronor», según informó la compañía. La parada activó automáticamente los sistemas de seguridad, entre ellos las tres antorchas de la instalación, generando columnas de humo negro visibles en el entorno. La empresa aseguró que todas las condiciones de seguridad quedaron completamente garantizadas y, aunque la electricidad ha regresado, la planta continúa detenida sin fecha para su reactivación.

También en Tarragona, el complejo industrial de Repsol sufrió una parada automática de sus unidades de producción tras la pérdida inesperada de suministro eléctrico. Como parte del protocolo de seguridad, se activaron las antorchas para eliminar de forma controlada los gases acumulados, provocando densas columnas de humo negro. Repsol confirmó que no existía riesgo para las personas ni para las instalaciones. La petrolera Moeve (anteriormente Cepsa) detuvo igualmente sus dos refinerías en España. Aunque no se precisaron detalles sobre el calendario de recuperación, la paralización se produjo siguiendo los procedimientos de emergencia establecidos.

Afectaciones a la automoción

La automoción también se vio duramente afectada. La planta de Ford en Almussafes (Valencia) detuvo por completo sus líneas de producción a consecuencia del apagón. En Navarra, Volkswagen confirmó que el fallo eléctrico impactó de lleno en su planta de Landaben. Según el consejero de Industria, Mikel Irujo, aún no es posible calcular cuántos vehículos se han dejado de fabricar en la jornada. En Cataluña, la planta de Seat en Martorell, la mayor fábrica de vehículos de España, también se vio obligada a parar la producción de forma inmediata alrededor de las 12:30 horas. Según Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat, la situación fue «un poco caótica», ya que la falta de energía paralizó todas las líneas a la vez y dificultó la comunicación interna. Aunque Martorell cuenta con generadores de emergencia, estos no son suficientes para cubrir toda la producción simultáneamente. La intención de la empresa es reanudar la actividad progresivamente en las próximas horas, dependiendo de la normalización del suministro.

En paralelo, la planta de Ebro Factory en la Zona Franca de Barcelona, heredera de las instalaciones de Nissan, también detuvo su actividad. En este caso, la producción de los modelos eléctricos Ebro S700 y S800 quedó suspendida, según confirmaron fuentes sindicales. El impacto del apagón también alcanzó a la siderúrgica Celsa, gran consumidor energético, cuya operativa habitual se ha visto afectada.

Piden priorizar servicios esenciales

En sectores como el farmacéutico algunas multinacionales -como Grifols o Boehringer Ingelheim- lograron mantener la producción mediante generadores propios. La patronal Pimec recomendó a las empresas priorizar el uso de sus grupos electrógenos en servicios esenciales como comunicaciones y seguridad, y seguir los protocolos oficiales. El apagón ha dejado en evidencia la vulnerabilidad del aparato industrial ante la falta súbita de electricidad y las dificultades para reactivar con rapidez plantas de alta complejidad.

Para El Mundo, España, Jorge Calzada Zubiría

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