A los 100 años murió Henry Kissinger, uno de los diplomáticos que más impacto tuvo en el siglo XX
Henry Kissinger, uno de los diplomáticos más trascendentales de la historia contemporánea y el funcionario que dio forma al poder de EE.UU. en las últimas décadas del siglo XX, murió este miércoles a los 100 años.
El influyente diplomático estadounidense falleció en su casa de Connecticut, en el este de Estados Unidos. Kissinger fue secretario de Estado entre 1973 y 1977, durante las presidencias de los republicanos Richard Nixon y Gerald Ford, y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1973 por contribuir a un alto al fuego temporal en la Guerra de Vietnam.
Diseñó los principales lineamientos de la política exterior de EE.UU. durante los años 70. Muchas políticas incluso después de su partida como secretario de Estado continuaron vigentes. Combinó políticas de fuerte intervención, como por ejemplo en América Latina, con distención o apertura en otros casos, como con China, país con el que bajo la presidencia de Nixon reestableció relaciones diplomáticas luego del triunfo de la revolución socialista liderada por Mao Tse-tung en 1949.
El influyente diplomático fue señalado y él mismo reconoció haber tenido una participación decisiva en el Golpe de Estado al presidente chileno Salvador Allende en 1973 liderado por el militar Augusto Pinochet. También apoyó sin fisuras a la dictadura argentina entre 1976 y 1983 y fue invitado de honor en el Mundial de Fútbol de 1978 que tuvo lugar en el país. En medio de la Copa del Mundo que terminaría con la selección nacional campeona, Kissinger se reunió con el dictador Jorge Rafael Videla en la quinta de Olivos.
Durante un encuentro en Santiago de Chile en junio de 1976 con el canciller argentino de la última dictadura César Augusto Guzzetti, el secretario de Estado de EE.UU. pronunció una frase que quedó para la posteridad: “Si hay cosas que tienen que hacerse, tienen que hacerlo rápido. Pero deberían volver rápidamente a los procedimientos normales”. El entonces secretario de Estado luego agregó: “Hemos seguido de cerca los acontecimientos en la Argentina. Le deseamos lo mejor al nuevo gobierno. Deseamos que tenga éxito. Haremos lo que podamos para ayudarlo”.
Según el Archivo de Seguridad Nacional, una organización encargada de desclasificar documentos secretos de EE.UU., Kissinger nunca se preocupó por los derechos humanos en la Argentina, ni en ningún otro país con gobiernos aliados. “Cuando el Congreso [de Estados Unidos] comenzó a aprobar leyes que restringían la asistencia estadounidense a regímenes que violaban los derechos humanos, el desdén de Kissinger por el tema de los derechos humanos se intensificó. Su voluntad de respaldar, apoyar y aceptar el derramamiento de sangre masivo, la tortura y la desaparición por parte de regímenes militares anticomunistas aliados, se refleja en varios documentos desclasificados”, subrayó la institución en un informe.
Apertura con China
Aunque todavía no era secretario de Estado, como consejero de seguridad nacional Kissinger fue clave en el deshielo entre el país norteamericano y el asiático. El diplomático, a las órdenes de Nixon, tuvo un viaje de incógnito a China en 1971 revelado años más tarde en el que acordó la visita del presidente Nixon a China al año siguiente, donde fue recibido por Mao Tse-tung.
Estados Unidos culminó el proceso de apertura con China tras valorar por años si valía la pena un acercamiento con el país gobernado con firmeza por Mao. Por un lado, China era comunista y, en teoría, enemigo de los valores estadounidenses; pero por otro lado, la nación asiática hacía años había roto relaciones en muy malos términos con el mayor enemigo de Estados Unidos: la Unión Soviética.
“Desde una perspectiva de largo plazo, simplemente no podemos permitirnos dejar a China para siempre fuera de la familia de naciones, allí para alimentar sus fantasías, albergar sus odios y amenazar a sus vecinos”, había postulado Nixon antes de asumir el gobierno. Kissinger se valió de sus palabras y ejecutó la frase “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. O, sin convertirse en amigos, al menos “un buen conocido”.
Premio Nobel de 1973
Kissinger recibió en 1973 el Premio Nobel de la Paz junto al vietnamita Le Duc Tho -quien rechazó el galardón- por los Acuerdos de París que pusieron un alto al fuego en la Guerra de Vietnam. El pacto estableció el intercambio de prisioneros, el aval de EE.UU. para que Vietnam del Norte mantenga cientos de miles de soldados en Vietnam del Sur, el desminado de los puertos, el reconocimiento de Vietnam del Sur como Estado independiente y la retirada estadounidense fueron algunos de los puntos centrales.
No obstante, el acuerdo no duró mucho tiempo. EE.UU. atravesaba una compleja situación interna por el escándalo del Watergate, que culminó ese mismo año con la renuncia de Nixon. Su vicepresidente, Gerald Ford, veía la guerra como un lastre del que anhelaban despegarse y, finalmente, ordenó la retirada de Vietnam. Kissinger, que había acumulado importantes éxitos, no pudo esquivar la dura derrota americana, que quedó en la historia.
Ese mismo 1973 estalló otro conflicto a más de 7000 kilómetros de distancia. El 6 de octubre de 1973, aprovechando la celebración de Yom Kipur, Egipto y Siria atacaron por sorpresa a Israel. Ambos países árabes querían recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, que habían perdido en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Según diversas versiones, Nixon y Kissinger no coincidían respecto a cómo reaccionar ante el ataque a su aliado Israel. El historiador Robert Dellek afirmó que el secretario de Estado demoró a propósito unas horas en informarle al presidente del ataque para dejarle un menor margen de maniobra. Kissinger era partidario de una negociación con los Estados árabes, pero prevaleció la visión combativa del entonces jefe de Estado, quien envió abundante ayuda militar. Israel, finalmente, se impuso en esa guerra.
Orígenes y últimos años
Kissinger nació el 27 de mayo de 1923 en Baviera, Alemania, en una familia judía. En 1938 llegó a Estados Unidos junto a su familia tras huir del régimen nazi. Estudió ciencia política en la Universidad de Harvard y se graduó con honores. Luego de realizar el servicio militar, ingresó a la política a través del Partido Republicano.
Escaló posiciones y se especializó en política exterior. Fue director, entre 1955 y 1956, de política exterior en el Consejo de Relaciones Exteriores. Publicó un libro con su visión de la geopolítica y las armas nucleares tras dejar ese puesto. Tiempo después llegó al influyente Consejo de Seguridad, desde donde comenzó a ser una suerte de canciller en las sombras hasta que fue nombrado en 1973.
Tras la llegada del demócrata Jimmy Carter a la presidencia de EE.UU. en 1977, Kissinger fue reemplazado por Cyrus Vance. La Universidad de Columbia le ofreció una cátedra a su cargo, que aceptó. También fundó un par de empresas dedicadas a la asesoría política y diplomática y tuvo participación en los consejos directivos de compañías de diversos rubros, como del sector de medios de comunicación y de la industria aérea.
En los últimos años, salvo contadas ocasiones, se encontraba retirado de la vida pública y recluido en su domicilio de Connecticut.
La Nación