Ayuda al Gobierno de Milei: anticipan que el campo aportará US$9700 millones más por exportaciones
Este año las proyecciones privadas sobre el PIB argentino apuntan a que registrará una caída del 3% consolidada, pero desde el Ieral, de la Fundación Mediterránea, indican que habrá una brecha de 7 puntos entre el aporte del campo a la variación del Producto (dos puntos porcentuales) y el “resto” de las actividades -industria, comercio, servicios- para las que prevén una baja de cinco puntos porcentuales. “No hay récord productivo y los precios internacionales están jugando en contra, pero traccionará”, advierten desde el equipo de Agroindustria de la institución total de exportaciones del campo, neto de las compras de soja al exterior, que espera el Ieral es de US$30.444 millones, un salto del 46,5% versus el año pasado. En 2023 fueron 20.774 millones y en 2022, US$42.080 millones. El total también quedaría detrás del 2021, cuando totalizaron US$38.005 millones.
La estimación actualizada que realizan es de un aporte al incremento de las exportaciones netas de casi US$9700 millones respecto de 2023, aunque la cifra sigue US$11.600 millones por debajo de 2022. En el desagregado, el complejo sojero (grano, harinas, aceite, biodiésel) sumaría este año US$17.497 millones, US$2776 millones más que en 2023, cuando estuvo muy afectado por la sequía. Claro que queda muy lejos del 2022, con US$9333 millones debajo.
Las importaciones de soja calculadas para 2024 alcanzan un total de US$2560 millones, cifra que implica menos de la mitad que en el 2023 (US$56190 millones, un récord desde el 2020) y alrededor de US$400 millones por encima del 2022.
En el caso de los cereales (trigo, maíz, sorgo y cebada) ingresarían divisas por US$12.967 millones, número que significa US$4048 millones más que en 2023, pero US$8038 millones menos que en 2022.
El aporte de otros cultivos como maní y girasol rondaría los US$2540 millones. Otra vez: US$213 millones por arriba del año pasado y US$430 millones atrás del 2022.
Cultivos
Los datos del Ieral están en línea con el último panorama agrícola de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que da cuenta de que 84% de la soja presenta una condición normal/excelente, con 77,6% en una condición hídrica adecuada.
En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que prevé una cosecha de 50 millones de toneladas de soja, superior a los 20 millones del año pasado que estuvo afectado por la sequía, indicó sobre el comienzo de la recolección en la zona núcleo: “Las labores de recolección comenzaron con una buena foto ya que los primeros lotes cosechados de soja de primera promedian 44 quintales por hectárea”.
Agregó: “Pero solo se trata del 3% de los lotes de soja de primera de la región núcleo. El atraso es de 8 puntos porcentuales del área respecto de las últimas cinco campañas, aguardándose la generalización de la cosecha en 10 días. En el centro sur de Santa Fe, como es General López, hay lotes con los granos listos para cosechar, pero con retención de hojas verdes en las plantas. Éstos son lotes que fueron muy afectados por la ola de calor. Además, se están observando granos afectados por hongos”.
Según esta entidad, en tanto la cosecha de maíz se encuentra un 30% retrasada respecto de las ultimas cinco campañas. “Si bien las grandes lluvias de marzo siguen trabando el avance de las cosechadoras, el retraso en las labores de cosecha frente al patrón promedio está reflejando la misma demora escalonada que se vio en la siembra”, dijo.
Y precisó: “En la última semana se cosecharon solo siete puntos porcentuales de la superficie, cubriendo la trilla un total de 18% del área de maíz temprano. En total se llevan cosechadas 160.000 hectáreas en la región, casi 30% por debajo de la media de las ultimas cinco campañas (desestimando la 2022/23). El patrón de avance es claro, ya que la cosecha avanza donde marzo dejó menos agua. El sudeste cordobés está a la cabeza con un 28% de avance, el centro-sur santafecino le sigue con un 23%. El área más atrasada es el extremo sur santafecino con un 8% cosechado y el noroeste bonaerense con un 10%. Los 400 milímetros que dejó marzo seguirán haciendo de esta cosecha un gran desafío para el productor”.
Para el caso del maíz, la nueva proyección de producción es de 54 millones de toneladas, con un ajuste de 2,5 millones respecto de la anterior; la condición entre normal y excelente cayó cuatro puntos porcentuales en la última semana. En el caso del girasol, la estimación de producción se redujo 200 millones de toneladas y se ubica en 3,6 millones; el rinde promedio nacional está en 20 quintales por hectárea.
En este contexto, en el campo hay preocupación por el peso de la presión impositiva en un escenario de menores precios internacionales y mayores costos. Ayer, la Mesa de Enlace advirtió que “gran parte de las producciones y en especial de las economías regionales pasan por una situación crítica. Ante esta situación, es importante tomar medidas urgentes de tipo fiscal y, por ejemplo, como señal y estímulo para la próxima cosecha, la de anunciar ya una baja en los derechos de exportación, que promovería y daría la previsibilidad que incentive la producción y en consecuencia la economía del país”.
Además de pedir bajar las retenciones, la agrupación ruralista se hizo eco del último informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que reveló que a marzo pasado subió seis puntos porcentuales, a 65%, lo que vía impuestos el Estado, en sus diferentes niveles (nacional, provincial y municipal), se lleva de la renta generada por una hectárea agrícola.
“La alta carga impositiva, que se lleva el 65 % de la renta en general y aún más en ciertas producciones, significa un importante aumento en los costos de producción, no sólo por los aumentos en los combustibles (que tienen un 47% de impuestos), de la logística, y ahora por el Impuesto PAIS, aplicado a los insumos dolarizados”, indicó la Mesa de Enlace.
La Nación