Cómo es el vino argentino que aparece en la serie más vista de Netflix
Como suele suceder con los estrenos de sus tanques, la nueva serie de Netflix es tema de conversación del momento. Esta semana le tocó a El problema de los 3 cuerpos, de los creadores de Game of Thrones, que está entre lo más visto de la plataforma. Pero la charla no gira sólo alrededor de las invasiones espaciales que son eje de la trama, sino de un argentino que llegó a la pantalla.
No es esta vez una persona: es un producto. Más precisamente, un vino. Y lo curioso es la forma en que terminó en una escena, inmortalizado en un PNT que no fue tal.
“Me enteré por mensajes de WhatsApp de gente que veía la serie”, le contó a Clarín Marcos Jofré, el CEO de Trivento, la bodega que produce el vino en cuestión, el Trivento Golden Reserve Malbec. En un plano de la serie, uno de los personajes lo sostiene en la mano y se ve claramente la etiqueta de la botella, una cosecha 2019. Según aseguró el ejecutivo, no hubo ningún acuerdo pautado. “Una suerte total la mía”, reconoció.
¿Cómo es ese vino y cómo llegó hasta una serie de Netflix? La segunda parte de la pregunta no tiene una respuesta oficial, aunque en Trivento esbozan algunas. Y tienen que ver con que la serie se filmó en Reino Unido y Estados Unidos, los dos principales mercados de exportación de la bodega. Según un informe de la consultora especializada IWSR Drinks Market Analysis, en los últimos tres años Trivento fue la marca argentina de vinos más vendida del mundo.
Cerca del 90% de la producción del vino de la serie se exporta. En el mercado externo, está alrededor de los 20 dólares. Acá, el precio sugerido de la bodega es de $ 12.990. Un precio competitivo, tanto a nivel local como en el exterior, para un vino de estas características, que fue destacado por críticos internacionales como Tim Atkin, James Suckling y Patricio Tapia.
Magdalena Viani es enóloga de vinos super premium en Trivento. Ella cuenta que el Golden Reserve es un vino muy importante en la historia de la bodega porque fue el primero de alta gama que comenzó a producir, en el 2000, sólo cuatro años después de que el grupo chileno Concha y Toro la fundara en Mendoza (fue su primera inversión en el extranjero). Años después, se sumó otro vino de mayor nivel, el Eolo, pero el Golden Reserve «nació como el vino ícono» y por eso, cuenta la enóloga, tiene un valor muy especial para ellos. También lo tiene, dice, «por la historia que cuenta este vino».
Salió al mercado antes del boom del Malbec de Valle de Uco. Entonces, lo que quiso hacer el equipo enológico de Trivento fue producir un Malbec del mejor terroir de la Argentina.
“Cuando creás un vino, hay dos puntos muy importantes: el varietal y el origen de ese varietal. Se eligió el Malbec por la importancia de esta cepa como argentinos y Luján de Cuyo por la importancia de esta zona vitivinícola, donde el Malbec encontró su primer lugar en Mendoza”, explica.
En Luján de Cuyo están algunos de los viñedos más antiguos de Mendoza, plantados por inmigrantes. “Gracias a ese legado podemos elaborar vinos en viñedos de más de 80 años en un microclima con características maravillosas marcado por el río Mendoza, la frescura de la Cordillera, la altura y los suelos aluvionales”, detalla la enóloga, que remarca que este vino “cuenta esta historia, es un Malbec que representa 100% a Luján de Cuyo”.
Viani explica que el vino de la serie es un blend de Malbec, creado a partir de uvas de ese varietal provenientes de parcelas de cuatro zonas de Luján de Cuyo (Vistalba, Las Compuertas, Agrelo y Pedriel) que se vinifican en tanques de acero inoxidable. Las variaciones en el blend son mínimas de año a año. Tiene 12 meses de crianza en roble francés, de los cuales el 90% es crianza en barrica (solo un 20% de primer uso) y 10% restante es en fudre (las barricas de mayor tamaño).
¿Cuál es el resultado? Las notas de cata dirán que es «un vino de color rojo vigoroso con tintes violáceos, intensos aromas de frutos rojos y taninos sedosos que regalan un final jugoso».
La enóloga explicará que esas características se las da justamente el terroir, y que por eso –hablando siempre de generalidades, obviamente– se diferencia de un vino de la zona del Valle de Uco.
“Por lo general los Malbec de Luján de Cuyo tienden a tener en nariz mucha más fruta roja, como cereza y ciruela, y en boca existe un descriptor característico de taninos redondos, dulces, suaves. En Valle de Uco tienden a tener más fruta negra, a ser de aromas más cerrados y en boca, por el tipo de suelo, encontrás perfiles más lineales con un centro ácido de boca más marcado y taninos con mayor tensión”, explica.
Es, entonces, un vino de esos que se llaman “redondos”, amable al paladar, bien gastronómico, que Viani recomienda probar con carnes preparadas tanto a la parrilla como en cocina de olla, en pastas con una salsa roja o alguna salsa más pesada de crema o también solo, por qué no, mirando una serie en la pantalla.
Clarín