Divulgan las primeras estimaciones de argentinos viviendo en cuatro países del exterior
En el marco de la exposición que realizó en el Congreso el jefe del Gabinete nacional, Nicolás Posse, que incluyó la respuesta previa de un total de 1286 preguntas elaboradas por los legisladores, una senadora solicitó el dato sobre la cantidad de argentinos que emigraron a Chile, España, Italia y Estados Unidos desde 2013 hasta 2023.
La respuesta que recibió incluye números que pueden ayudar a echar luz sobre esta incógnita, pese a que el mismo Posse advirtió que los datos disponibles no son más que estimaciones y que están incompletos. La información brindada no refleja el flujo migratorio, aunque sí muestra un aproximado de la cantidad de argentinos instalados en esos países y su fluctuación a lo largo de la última década. Son datos que fueron elaborados por el Gobierno a partir de información proporcionada por los consulados argentinos y la Cámara Nacional Electoral.
Según informaron, en 2013 había 340.000 argentinos residiendo en España, población que ascendió a 360.000 hacia 2018 y que el año pasado llegó a 510.000. Estos datos, que parten de las estimaciones consulares, marcan la misma tendencia que los de la Cámara Nacional Electoral, que brindó el número de la cantidad de argentinos empadronados en España para votar. En 2013 ese padrón tenía 4716 personas y en 2017, 85.388, número que siguió creciendo de manera progresiva hasta el año pasado, cuando registró un total de 114.825 personas.
En los otros tres países que figuran en el cuadro de datos que proporcionó el Gobierno no se observan migraciones tan abundantes ni con crecimientos exponenciales. En algunas, incluso, se observan fluctuaciones que llevan a pensar en un achicamiento de la población aproximada de migrantes argentinos. Mientras que en 2013 en Italia había viviendo 220.000 argentinos según estimaciones consulares, en 2017 hubo 130.000 y el año pasado, 170.000. Desde 2017 hasta la actualidad, el padrón electoral argentino en ese país registró un incremento considerable: pasó de 17.356 a 23.797.
Por otro lado, en Chile, según los datos del Gobierno, la cantidad de migrantes argentinos decreció en la última década: pasó de un estimado de 69.000 personas a un estimado de 47.000. Un fenómeno similar puede detectarse en los datos proporcionados de argentinos en Estados Unidos: bajaron de un aproximado de 280.000 en 2013 a unos 240.000 en 2023.
Si se suman las estimaciones de los consulados argentinos en España, Italia, Estados Unidos y Chile, en 2023 había 967.000 argentinos radicados en estos cuatro países, contra 909.000 en 2013.
En su respuesta, Posse aclaró que, para la elaboración del cuadro de datos, se tomó bajo consideración la definición de migrante que brinda la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), según la cual “debería considerarse emigrado aquel que ha egresado del país y no ha regresado en un período mínimo de un año, sin importar si ha establecido o no su residencia en otro país”.
A su vez, aclaró la limitación del alcance de la información brindada: “A partir de la relación que los consulados tienen con las autoridades de los países donde tienen sede, se puede estimar cuántos argentinos se radicaron en un determinado país, pero no conocer cuántos se encuentran residiendo en situación migratoria irregular”.
La senadora nacional que solicitó esta información, Carmen Álvarez Rivero, quien representa a la provincia de Córdoba y pertenece al bloque PRO, sostuvo en diálogo que los datos son poco confiables: “Es difícil, porque vos no tenés el movimiento migratorio censado, entonces todo hay que inferirlo. Es muy difícil obtener la información porque los chicos que migran salen con un pasaje de ida y vuelta, ya que en los países donde ingresan se los exigen. Muchos están dispuestos a arriesgar y quedarse de manera ilegal”, afirma.
Álvarez Rivero aclara que tiene especial interés en estos datos ya que su objetivo es poder elaborar un proyecto de ley que facilite el voto argentino en el extranjero. “Mi hija vive desde hace seis años afuera y recién el año pasado logró votar; para hacerlo, tuvo que viajar desde Montpellier, donde vive, hasta París. Queremos un voto desde el extranjero que sea simple y que no sea solo para los residentes, sino también para quienes estén de viaje. Los que más viajan son los jóvenes y ellos son los dueños del futuro, no podemos dejarlos afuera de las decisiones”, suma.
En su respuesta, Posse explicó por qué no es posible tener más que estimaciones sobre la migración de argentinos. “Para conocer el número de emigrados desde organismos de la Argentina sería necesario que la autoridad migratoria pudiera cruzar datos de egreso con datos de ingreso para cada persona y/o que el registro en la matrícula consular tenga carácter obligatorio. Ninguna de estas dos situaciones se verifica”, describió.
Por otro lado, no es posible comparar los empadronamiento de 2013 con los de 2023, ya que en 2017 hubo un cambio en la política de empadronamiento de personas en el exterior, y desde entonces los números crecieron de manera abrupta, sin que esto implique necesariamente un aumento similar de la cantidad de migrantes.
Los únicos datos de migración disponibles
Los únicos números y estadísticas que hay sobre la migración de argentinos datan de los tiempos de la pandemia de coronavirus. Esto se debe a que, entre el 7 de septiembre de 2020 y el 14 de abril de 2022, era obligatorio al egresar del país entregar una declaración jurada en la que se manifestaba el motivo de la salida. De todos los argentinos que partieron en ese período, que en total fueron 3.388.047, el 77,5% (2.625.189) lo hizo por turismo; el 10,5% (355.117), por trabajo; el 9,6% (325.932), por residencia; el 1,4% (46.075), por mudanza; y el 1,1% (35.734), por estudio.
La mayoría de los argentinos que, durante la pandemia, tomaron la decisión de mudarse y/o residir fuera de la Argentina eran jóvenes que eligieron Brasil o España como sus destinos finales. Los datos surgieron de una serie de pedidos de acceso a la información pública que LA NACION solicitó a la Dirección Nacional de Migraciones (DNM).
Con la colaboración de Florencia Rodríguez Altube