El estremecedor relato de un policía que atestiguó en el caso de la mujer violada por 51 hombres que contrató su marido

Gisele P. (L) y su hijo David (C) llegando al juzgado.Afp

El comisario Jérémie Bosse Platière declaró que formó un reducido grupo integrado por cuatro investigadores » lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a las imágenes» que debían analizar. En gran medida eran miles de fotos y videos tomados por el marido, almacenados en un disco duro y luego descritos meticulosamente, con nombre, edad e incluso número de teléfono, y clasificados en una carpeta titulada ‘abusos’. Con una subcarpeta para cada hombre que iba a violar a su esposa.

Dominique P., el marido de Gisèle P, la mujer que sufrió más de 200 violaciones y cuyo mediático caso se juzga estos días en Francia, es el principal acusado en la macrocausa: conocía a los abusadores y los invitaba a violar a su mujer. Paradójicamente, este miércoles el relato del comisario encargado de la investigación ha mostrado cómo gracias al marido, y debido a que registraba meticulosamente las miles de imágenes de las violaciones de su esposa, la mayoría de sus agresores fueron identificados.

Después de más de dos años de investigación, se identificó a 54 hombres de los 72 buscados por las autoridades. Uno de ellos había fallecido y dos han sido exonerados por falta de pruebas suficientes. Los otros 51 -incluido el esposo, un jubilado de 71 años- están siendo juzgados desde este lunes hasta el 20 de diciembre en Aviñón (Francia), por violaciones agravadas en su mayoría, ocurridas entre 2011 y 2020, principalmente en el pueblo de Mazan, al que la pareja se había mudado. Por estos hechos, se enfrentan penas de hasta 20 años de prisión.

El caso, que ha horrorizado a Francia, salió a la luz por casualidad cuando Dominique P., con quien la víctima está en instancias de divorcio, fue sorprendido en 2020 en un centro comercial grabando bajo las faldas de las clientas. Los investigadores encontraron entonces en su ordenador muchas fotos y videos de la víctima, visiblemente inconsciente, mientras decenas de desconocidos la violaban.

En total, se registraron unas 200 violaciones a Gisèle P., que hoy tiene 72 años. La mayoría fueron cometidas por su marido, y 92 por estos completos desconocidos. Pero hacía falta identificar a estos hombres, entender el escenario que llevó a estos abusos y caracterizar los hechos imputados a cada uno.

Miles de fotos y vídeos

Para ello, «decidí formar un equipo muy reducido de cuatro investigadores», ha explicado en el estrado el comisario Jérémie Bosse Platière. «Y elegí personas lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a las imágenes», ha insistido, detallando sus largas y tediosas investigaciones.

Estas se vieron facilitadas en gran medida por las miles de fotos y videos tomados por el marido, almacenados en un disco duro y luego descritos meticulosamente, con nombre, edad e incluso número de teléfono, y clasificados en una carpeta titulada ‘abusos’. Con una subcarpeta para cada hombre que iba a violar a su esposa.

«Entonces se elaboró una lista para cada individuo, en función del nombre de la carpeta», ha precisado el comisario. El objetivo: identificar a «Chris el bombero», «Quentin», «Gaston», «David el Negro» o incluso «jeanlucasiat».

Paralelamente, la policía utilizó las numerosas pistas dejadas por los intercambios telefónicos y las conversaciones entre el esposo y los agresores de su esposa. Estas comenzaban en línea, en el sitio de citas Coco.fr, luego pasaban a ‘à son insu’ [a sus espaldas], un apartado de intercambio de mensajes privados de esta web, cerrada desde junio por la justicia por ser un «nido de depredadores»; finalmente, continuaban en Skype y luego por teléfono.

Reconocimiento facial

Una primera lista de 11 contactos fue identificada en el software de Microsoft. La policía envió solicitudes al gigante estadounidense para identificar las direcciones IP y encontrar a sus propietarios.

El mismo procedimiento se aplicó a los teléfonos: «Partimos de los números (en las facturas telefónicas de Dominique P.) y miramos en cada fecha si había un vínculo entre la llamada realizada y los hechos encontrados en las imágenes», explicó el comisario Bosse Platière.

Dominique P. también había bloqueado muchos contactos en sus teléfonos, lo que despertó las sospechas de los investigadores: «Es inusual, vimos que un gran número de contactos están bloqueados, y pensamos que entre ellos podría haber personas involucradas» en las violaciones, añadió el policía.

Para rastrear las identidades de estos hombres, los investigadores solicitaron ayuda a los operadores telefónicos. Otro método consistió en coger las imágenes encontradas y usar el reconocimiento facial mediante un software utilizado por la policía: «A partir de la extracción de la foto, nos daba un porcentaje de semejanza y nos permitió identificar a un tercio de los autores», explica el comisario.

Dado el gran número de personas sospechosas, la policía tuvo que escalonar las detenciones en cinco oleadas, entre finales de 2020 y septiembre de 2021.

Las violaciones

Cada vez, antes de las violaciones, los investigadores describen el mismo escenario: el hombre invitado debía aparcar lejos del domicilio para no despertar sospechas en los vecinos. Algunos esperaban «hasta una hora», el tiempo en el que el somnífero hacía efecto en la víctima.

En ningún momento estos hombres establecían contacto previo con la víctima, explicó el policía, basándose en el análisis de los videos. Platière contradecía así las declaraciones de varios acusados, quienes sostienen que solo participaron en el encuentro de una pareja libertina.

Sin embargo, la principal víctima de las violaciones en Mazan, Gisèle P., nunca apareció «consciente» y «no manifestó ningún movimiento» en las miles de imágenes encontradas de los delitos, ha subrayado el comisario Bosse Platière. «No recuerdo una sola palabra [de Gisèle], a veces se oían gruñidos, ronquidos, pero no se escuchaba ninguna palabra comprensible», ha insistido el policía.

El Mundo

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