El exintendente de la quinta de Olivos declaró por seis horas y dijo que no le consta la violencia física de Alberto Fernández contra Fabiola Yáñez

Según fuentes judiciales, Daniel Rodríguez contó cómo se deterioró el vínculo de la pareja tras la foto de la fiesta en plena pandemia y habló del rumor sobre una relación entre Sofía Pacchi y el expresidente.

Daniel Rodríguez, exintendente de la quinta de Olivos, declaró desde las 10 hasta casi las 16,30 en la causa que Fabiola Yáñez promovió contra Alberto Fernández por golpes, amenazas y hostigamiento. Dijo que no le consta la violencia física del expresidente contra Yáñez, pero sí aclaró que fue testigo de “agresiones verbales”, según informaron fuentes judiciales a LA NACIÓN.

El exfuncionario negó haber separado a la pareja y dijo que no vio hechos de maltratos físicos. Igualmente, admitió haber presenciado violencia verbal y dijo haber visto un deterioro en la pareja especialmente luego del 11 y 12 de agosto de 2021, fechas clave en las que se conoció la foto de la fiesta de Olivos y Fabiola empezaba a mostrar señales de embarazo. Dijo que fue “evidente” la ruptura de la pareja.

Rodríguez habló de un aislamiento de Fabiola. Dijo que sus relaciones y el contacto con otras personas casi desaparecieron después de mediados de agosto de 2021. La mayor parte de su entorno y amigos que fueron a la fiesta de la polémica, en medio de la cuarentena estricta decretada por Fernández, dejaron de verla. A partir de ese momento, también empezó a frecuentar el chalet de huéspedes hasta que se instaló definitivamente a principios de 2023. El hecho que marcó como la gota que rebalsó el vaso fue cuando Francisco, el hijo en común, halló una foto de una mujer en el teléfono que Fernández le había dado para que se entretenga.

La expectativa en el testimonio estaba puesta en que podría haber sido el primer testigo ocular de la causa. Sin embargo, a la fiscalía le aportó algo valioso: un croquis de la quinta de Olivos con la ubicación, el uso y la distancia entre edificios que puede reemplazar la inspección in situ que pidió el fiscal y fue denegada por el juez Julián Ercolini. Añadió, además, que existía al menos un puesto en el cual no se registraban salidas y entradas de la quinta, ni de Yáñez ni de Fernández, u otros. Dijo que tanto la Casa Militar como la Unidad Médica Presidencial tenían sus propias dependencias y registros.

Por otra parte, Rodríguez afirmó que era un rumor extendido en la quinta que Sofía Pacchi y Alberto Fernández tenían una relación.

Rodríguez se retiró de Comodoro Py con anteojos de sol, la cabeza gacha y sin perturbarse ante las preguntas de la prensa. No respondió a ninguna de ellas y bajó por el ascensor del edificio. Las abogadas de Fernández aprovecharon el tumulto y salieron por el lado contrario.

La extensa testimonial solo se cortó en un momento para ir al baño, a las 12,30. Según informaron fuentes judiciales a LA NACIÓN, para ese entonces, cuando la audiencia llevaba dos horas y media, Rodríguez no había confirmado haber presenciado hechos de violencia del expresidente. Lo ratificó a lo largo de su declaración.

Rodríguez llegó a los tribunales de Comodoro Py minutos antes de las 10. Entró al edificio solo, sin abogados, y sin utilizar la custodia de la Justicia Federal.

Se esperaba que el testimonio de Rodríguez fuera clave para el avance del caso: era el hombre que mejor conocía los movimientos de la residencia presidencial y existen versiones que sostienen que presenció episodios de violencia de Fernández contra su entonces pareja. La abogada del expresidente, Silvina Carreira, y la de Yáñez, Mariana Gallego, estuvieron presentes en la fiscalía.

Rodríguez respondió las preguntas del fiscal que tiene a su cargo la investigación, Ramiro González, en el quinto piso de los tribunales de Comodoro Py 2002. Declaró bajo juramento de decir la verdad, por lo que se expuso a cometer el delito de falso testimonio, que prevé pena de prisión, en caso de mentir. LA NACIÓN dio cuenta de la incomodidad que le generaba a Rodríguez esta declaración, según relataron fuentes que lo tratan.

Rodríguez es exsuboficial del escalafón Bomberos de la Policía Federal. Fue custodio, chofer, asistente personal y paseador de perros de Fernández durante décadas. El expresidente fue quien lo llevó a Olivos y lo nombró interinamente como intendente, cargo que mantuvo hasta el final del mandato de Fernández.

“Si hay alguien que sabe qué pasó entre ellos dos [por el expresidente y Yáñez] es Rodríguez, que por momentos sabíamos que tuvo que hacer de ‘consejero matrimonial’ en un clima que era hostil”, dijo a LA NACIÓN una fuente que conoció el vínculo de Fernández con el exbombero.

Los relatos -que por ahora no se volcaron en el expediente judicial- dan cuenta, además, de uno o más episodios de violencia que Rodríguez habría presenciado. El exintendente de la quinta de Olivos no los confirmó en su declaración.

LA NACIÓN dio cuenta de una situación en la que Rodríguez habría incluso intervenido: según fuentes que conocían lo que pasaba en Olivos, en una oportunidad Fernández descendió del helicóptero presidencial y se dirigió directamente a la casa de huéspedes, donde ya vivía de manera permanente Yáñez. Se escucharon gritos. Fernández zamarreó del pelo a su exmujer y la sujetó del brazo. Las versiones señalan que en ese incidente habría estado presente el exintendente, que los separó y se llevó a Fernández en un carrito de golf. Por ahora, no se conoce que Fabiola se haya referido al involucramiento de Rodríguez en este episodio. El testigo no dio cuenta del hecho ante el fiscal González.

Rodríguez tenía además una relación estrecha con Héctor Martínez Sosa, el marido de María Cantero, la secretaria histórica de Fernández. Martínez Sosa es uno de los brokers imputados en la causa de los seguros (otro expediente que avanza contra el expresidente) y solía visitar a Rodríguez el Olivos.

Rodríguez no solo trabajó para Martínez Sosa, sino que, además, cuando terminó el gobierno de Fernández, pasó a vivir en una casa de propiedad de este broker.

Como parte de la investigación por irregularidades en el manejo de los seguros estatales, el juez federal Julián Ercolini ordenó revisar las comunicaciones de Rodríguez. Todavía no se conoce el resultado de esa medida de prueba.

La ronda de testigos

Como parte de esta tanda de declaraciones, la semana pasada el fiscal González escuchó como testigos a María Cantero y a la periodista Alicia Barrios, y el 5 de septiembre tiene previsto tomarle declaración a Federico Saavedra, que era el jefe de la unidad médica presidencial y, como tal, atendía a Fernández y a la primera dama. Yáñez dijo que él conoció las consecuencias de los golpes que ella había sufrido y le recetó “globulitos de árnica”.

Por Camila Dolabjian – LA NACIÓN.

Please follow and like us: