En el Gobierno evalúan salir de organismos internacionales, limitar la inmigración y restringir derechos sexuales
El Gobierno evalúa impulsar medidas que coinciden con la visión del flamante presidente norteamericano Donald Trump, ya en marcha o en preparación.
Organización Mundial de la Salud: unos días después de que Trump anunciara que su país abandonará el organismo, altas fuentes del Gobierno argentino coinciden en que Milei “evalúa” seguir sus pasos. “No será de un día para otro”, afirmaron fuentes oficiales que recordaron las durísimas críticas que Milei vertió sobre el rol de la OMS durante la pandemia de coronavirus. Como antecedente adicional reciente, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció en mayo pasado que la Argentina no adheriría al acuerdo sobre pandemias de la organización, con el argumento de “defender la soberanía nacional”.
Acuerdo de París: en otro de sus objetivos de ataque a la “gobernanza mundial”, Trump también anunció esta semana que su país dejará de apoyar el acuerdo contra el cambio climático, tal como lo hizo durante su primera gestión en la Casa Blanca. Desde el gobierno libertario, y con un Presidente que niega el cambio climático, lo considera una “mentira socialista” y atribuye las catástrofes recientes y el calentamiento global a ciclos históricos del planeta, también incluyeron a este acuerdo dentro del análisis de los organismos a los que Argentina dejaría de pertenecer en breve.
De todos modos, y más allá de gestos en ese sentido, como la intempestiva salida de la delegación argentina de la Cop29 en Azerbaiyán, por orden de la Cancillería, hay límites objetivos que dificultarían ese paso. Fuentes diplomáticas recordaron que el recientemente firmado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea incluye cláusulas de cuidado del Medio Ambiente, al igual que la OCDE, a la que Argentina trabaja para reincorporarse. También los organismos internacionales de crédito (FMI, Banco Mundial, BID) condicionan el otorgamiento de préstamos al respeto de estándares de cuidado ambiental, puntualizaron fuentes diplomáticas.
Tope a la migración: A tono con los decretos ejecutivos de Trump que autorizan a la deportación masiva de inmigrantes ilegales y priorizan la “seguridad fronteriza”, en el gobierno libertario piensan en acelerar el borrador de un proyecto de ley de similares características, que según pudo saber LA NACION circula entre los ministerios de Seguridad, Justicia y la dirección de Migraciones, que depende de la secretaría de Interior. El proyecto restringe el ingreso de migrantes con antecedentes penales y prohíbe el uso del sistema de salud para extranjeros sin residencia en el país. Fuentes del Gobierno al tanto de la iniciativa legislativa coinciden con las medidas tomadas por Trump, dado que –evalúan– “el gobierno de (Joe) Biden relajó las fronteras con México”, y favoreció el ingreso del opioide fentanilo, que el Presidente se propone limitar.
Alianzas internacionales: Tal como viene ocurriendo, Milei y Trump seguirán alineados en su alianza con Israel, a la que ambos consideran prioritaria. Al igual que el presidente de Estados Unidos, que invitó a su asunción a Edmundo González Urrutia, Milei también piensa en continuar dando apoyo a la oposición venezolana y condenando en los foros internacionales al régimen chavista de Nicolás Maduro, que aún retiene al gendarme Nahuel Gallo y sostiene el asedio sobre la embajada argentina en Caracas.
En relación a la guerra entre Ucrania y Rusia, Milei –quien se encontró en Davos con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky– apoyaría la propuesta de paz del presidente norteamericano, que incluiría la cesión a la Rusia de Vladimir Putin de una porción del territorio en disputa, a fin de ponerle fin al conflicto armado. Prudentes, en el Gobierno prefieren no opinar “hasta tener mayores precisiones” en relación a polémicas iniciativas de Trump como recuperar el control de Panamá o anexionar Groenlandia.
El alineamiento llega, y luego confirmará el propio Presidente, a la decisión de impulsar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, aún con la oposición de sus socios del Mercosur. Una postura que preocupa a los vecinos sudamericanos y que, según el Presidente, podría terminar en el abandono del bloque regional.
Desde la Cancillería afirman que, por el momento, no está en los planes abandonar organizaciones regionales como la Celac (dónde predominan Cuba y Venezuela) y Unasur, en las que el país supo tener protagonismo durante los gobiernos kirchneristas. Eso sí: a tono con lo hecho durante la gestión libertaria, la participación nacional en esas dos uniones continentales “se reducirá al mínimo, con bajísimo perfil” en los próximos meses, según confirmaron a este diario fuentes oficiales.
Aborto y derechos sexuales: En su catarata de decretos inaugurales, Trump también firmó una orden ejecutiva que no reconoce las identidades trans y que solo acepta la existencia de lo masculino y lo femenino. En el mismo sentido, Milei anunció meses atrás la prohibición del cambio de sexo en condenados o procesados, incluido en la ley de identidad de género. La semana pasada, el Gobierno dio a conocer que trabaja en una reforma legal contra “la discriminación positiva”, que en los hechos buscará eliminar la figura penal del femicidio, los cupos laborales trans y los documentos no binarios.
Un referente legislativo importante de La Libertad Avanza deja en claro que “la derogación” de la ley de identidad de género es un “objetivo”, aunque no parece factible a corto plazo, dado que el oficialismo está muy lejos de contar con los votos necesarios para impulsarla.
En relación a la vigente ley de despenalización del aborto, que el Gobierno quisiera suprimir, ocurre algo parecido, aunque en este caso hay diferencias de matiz, ya que Trump es más proclive a dejar la decisión de permitir la interrupción voluntaria del embarazo en manos de los gobiernos estaduales. “Si la ponemos a votación hoy volvemos a perder, aunque el clima social es distinto al de hace un año”, afirmaron desde el bloque libertario en el Congreso, desde donde dejan abierta la puerta para tratar la derogación de ambas leyes con la nueva composición del parlamento, luego de diciembre próximo. Sería otra iniciativa con inspiración trumpista por parte del Presidente, que piensa trabajar con Trump para “desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo”, tal como lo definió en el foro de Davos.