Estudian reducir la custodia de expresidentes: Cristina F. tiene 120, Mauricio M. 30 y los de Alberto F. cobran U$S300 de viáticos por día
Aseguran que en los próximos días el Gobierno de Javier Milei emitirá una resolución ministerial a través de la que reglamentará el decreto que Alberto Fernández firmó un día antes de abandonar el poder mediante el que estableció que la unidad custodia de exmandatarios pase a la órbita de la Casa Militar, a cargo de la seguridad del Presidente y la Vicepresidente.
En este ordenamiento de las funciones y recursos, se revisará la cantidad de agentes que tienen asignados Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Mauricio Macri y se espera algunos recortes en la cantidad de efectivos.
Es que el Gobierno de Milei puso la lupa sobre los gastos que insumen estas custodias: del número de efectivos que tiene cada exjefe de Estado a la cantidad de autos asignados, con particular atención en los viáticos que se le asignan a los agentes que cuidan a Alberto Fernández en el exterior.
Cristina Kirchner tiene 120 agentes de la Policía Federal asignados a su custodia. El número se explica debido al operativo especial que se montó tras el intento de magnicidio en su contra el 1 de septiembre de 2022 en la puerta de su departamento en el barrio porteño de Recoleta.
Para la actual administración el número de 120 es una cifra alta y lo más probable es que se reduzca. “Se va a analizar el caso, pero entendemos que los custodios de Cristina Kirchner serán menos”, le confío a este medio una fuente de Gobierno. La custodia no solo resguarda a la exVice sino a su familia, entre estos, Florencia Kirchner y a sus nietos, la hija de esta última y los dos de Máximo Kirchner.
Cada mes, el Estado destina aproximadamente $156 millones al pago de salarios de los agentes de Cristina Kirchner, a los que además se le deben sumar los viáticos de $20.000 diarios que se abonan a aquellos asignados a El Calafate y Río Gallegos. Además, el Ministerio de Seguridad también paga todos los gastos de los 20 autos en los que se mueve la custodia de la expresidenta.
El caso de Alberto Fernández es llamativo. El expresidente tiene 12 agentes de custodia, de los que nueve están en la Argentina y tres en España. A estos tres custodios se les paga a cada uno, un viático diario de U$S300, es decir, U$S900 por cada jornada, que si se multiplican por 30 días da una cuenta de U$S27.000 mensuales solo en este concepto.
Desde que dejó la presidencia, Alberto Fernández tomó la decisión de trasladarse a España por un tiempo junto a Fabiola Yáñez y su pequeño hijo. La custodia del expresidente también se extiende a su familia. En este sentido otro gasto que se suma es el de los pasajes que se les pagan a los custodios que hacen un recambio constante con quienes están en la Argentina.
Por el pago de los salarios de estos 12 efectivos se destinan mensualmente unos $15 millones, además del gasto por el mantenimiento del auto que Alberto Fernández tiene asignado en el país. En el caso de Alberto Fernández no está confirmado que vaya a haber un recorte de su custodia.
El último de los casos que el Gobierno va a analizar es el de los custodios de Mauricio Macri, los que son 30 y cobran un salario de aproximadamente unos $39 millones, además de los viáticos de $20.000 diarios para aquellos que estén asignados a tareas en Villa La Angostura.
La custodia de Macri tiene dos camionetas asignadas. El caso del expresidente se va a analizar, y en base a los riesgos se definirá el número total de sus custodios. Lo mismo ocurrirá con Cristina Kirchner y Alberto Fernández. En todos los casos se tomarán en cuenta índice de exposición de cada uno. Se estudian los sitios por los que se mueven y la cantidad de familiares de cada uno a proteger.
Según el decreto que firmó Alberto Fernández, Casa Militar planificará, coordinará y supervisará la seguridad personal del Presidente de la Nación, del Vicepresidente de la Nación, de los exmandatarios y sus familiares directos, “en toda circunstancia, tiempo y lugar”. Al “ordenar” esta resolución, el Gobierno de Milei busca reducir gastos que considera excesivos y tratar de enviar un mensaje de auteridad en medio de la compleja situación económica.