Habrá un RIGI para el hidrógeno y una nueva ley de energías renovables
El Gobierno buscará tratar este año cuatro leyes relacionadas a la energía, con el objetivo de darles continuidad a los negocios de sectores que se apalancaron en leyes de incentivos, como los biocombustibles y las energías renovables.
En adelante, el sector privado busca «estabilidad» en las reglas, los impuestos y los contratos. «Que a ningún intendente o gobernador se le ocurra poner un impuesto al viento», resumen como espíritu normativo. «Ya no se necesita prorrogar las amortizaciones aceleradas o exenciones tributarias», acotan.
El segundo proyecto que aparece en la lista de prioridades oficiales es uno para la trazabilidad de las emisiones de carbono. Los legisladores oficiales, después de múltiples charlas con los privados, ven que las casas matrices de las empresas europeas exigen comprar productos con bajo impacto ambiental, certificados mediante declaraciones juradas que deberán presentar las petroleras.
Curiosamente, las primeras líneas del Gobierno observan que a nivel mundial «se está cayendo el verso woke» del cambio climático provocado por el hombre y auguran un futuro muy próspero para el petróleo.
Por último, el tercer proyecto a presentar será el de un marco regulatorio que incentive las inversiones en hidrógeno, no solamente el «verde» (originado en fuentes renovables) sino también el «azul» (a partir del gas natural, aprovechando los recursos de Vaca Muerta).