Los rebeldes derrocaron al régimen del presidente sirio Al Assad y el mandatario abandonó el país
Tras un fulminante avance, en la madrugada de este domingo los rebeldes de Siria llegaron hasta Damasco, declarando la capital «libre» del régimen del presidente Bashar al Assad, que gobernó el país «con mano de hierro» durante más de dos décadas.
El grupo fundamentalista Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que ha encabezado el avance de los grupos insurgentes en la última semana, también informó en la red social Telegram que Al Assad había abandonado el país.
La huida del mandatario fue corroborada por el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, el cual en la mañana de este domingo anunció que el gobernante abandonó su puesto y el país tras mantener negociaciones con «otros participantes en el conflicto armado».
Moscú ha sido vital para que Al Assad haya podido mantenerse en el poder en los 13 años de guerra civil que ha asolado al país.
Previamente, la agencia Reuters aseguró, citando a dos fuentes gubernamentales sirias, que el mandatario había salido del país en un avión privado desde el aeropuerto internacional de la capital, donde las celebraciones y la incertidumbre se han fundido.
Lo último
- Las fuerzas rebeldes en Damasco aseguran que han terminado con el gobierno de Bashar al Assad mientras el líder rebelde Abu Mohammed al Jawlani dijo que «el futuro es nuestro».
- Al Assad abandonó Siria en avión y en estos momentos se desconoce su paradero.
- La BBC es la única organización de noticias occidental reportando desde Damasco y nuestros corresponsales han sido testigos de multitudes celebrando en la capital siria, mientras se ha visto a algunas personas saqueando el palacio presidencial y la residencia privada de Al Assad.
- Los países de Oriente Medio han iniciado contactos con los rebeldes en un intento por asegurar un futuro gobierno estable y evitar que el país se suma en el caos, mientras los líderes occidentales han acogido con satisfacción el fin de régimen que se extendió por más de cinco décadas.
- El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha calificado los acontecimientos de «históricos» para Medio Oriente y ha atribuido lo ocurrido «nuestra acción enérgica contra Hezbolá e Irán, los principales partidarios de Asad».
- Pese a que Damasco ya está bajo el toque de queda decretado por los rebeldes, en la ciudad se siguen escuchando disparos y varias potentes explosiones han sacudido a la urbe.
- Desde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización que opera en Reino Unido, han asegurado que las deflagraciones fueron producto de unos bombardeos israelíes contra instalaciones iraníes en la capital siria. Tel Aviv no ha corroborado los señalamientos.
«Una victoria de todos los sirios»
En un mensaje emitido por la televisión estatal y Radio Damasco, los rebeldes proclamaron «el fin del régimen» y llamaron «a los muyaidines y los ciudadanos a respetar y preservar la propiedad del Estado libre de Siria».
En apenas una semana, las distintas fuerzas rebeldes sirias lograron hacerse con el control de Alepo y Hama, en el norte del país, y Deraa, en el sur, mientras este sábado conquistaron el enclave estratégico de Homs, que une Damasco con el norte y la costa mediterránea.
En la madrugada del domingo, hora local, empezaron a circular en las redes sociales videos que mostraban a combatientes rebeldes por las calles de Damasco y a decenas de personas celebrando.
«Esta es una victoria de todos los sirios», declaró Abu Mohammed al Jawlani, líder del HTS durante el discurso que pronunció en la tarde del domingo en la emblemática mezquita de los Omeyas de la capital del país.
Antes, a través de la aplicación Telegram, el jefe del HTS ordenó a sus fuerzas de que no entraran en las sedes de las instituciones públicas, que «permanecerán bajo la supervisión del ex primer ministro, Mohammed Ghazi al Jalali, hasta que sean entregadas oficialmente».
Sin embargo, el domingo, comenzaron a circular grabaciones en las que se veía a personas saqueando y merodeando por el palacio presidencial y por la resdiencia privada de Al Assad, lo cual provocó que los rebeldes impusieran un toque de queda de 13 horas (desde las 4 de la tarde hora local hasta las 5 de la mañana).
El ex primer ministro Al Jalali, quien afirmó estar en Damasco, dijo estar «dispuesto a ayudar a hacer lo mejor para el pueblo».
El líder de la oposición siria, Hadi al Bahra, también le aseguró al medio Al Arabiya que el gobierno de Al Assad cayó y que «terminó una época oscura de la historia de Siria».
Al Bahra, que dirige la Coalición Nacional de la Revolución Siria y las Fuerzas de Oposición, subrayó que la situación en Damasco es segura.
«Mientras no levanten las armas contra ningún otro ciudadano y mientras permanezcan en sus hogares, estarán a salvo», escribió en X.
«No habrá venganza o represalia, ni violaciones de los derechos humanos. Se respetará la dignidad de las personas y se preservará su dignidad», añadió.
Sin rastros del hombre fuerte
El paradero del ahora expresidente se desconoce. Sin embargo, Rusia, uno de sus principales aliados, confirmó que había dejado su puesto y el país, y que había ordenado a sus subalternos facilitar una transferencia pacífica del poder.
Moscú ha asegurado que no participó en esas negociaciones y que sus bases militares en Siria están en alerta máxima, pero no bajo amenaza.
«Estamos en contacto todos los grupos de la oposición siria», aseguró el Ministerior ruso de Exteriores.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, también dejó entrever que Al Assad ya no está en el país.
Y desde los Emiratos Árabes Unidos se han negado a confirmar o desmentir el exgobernante haya buscado refugio en Abu Dabi.
La noticia del derrocamiento de Al Assad fue saludada por varios gobiernos occidentales.
«El Estado bárbaro ha caído finalmente», escribió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien exaltó el «coraje y la paciencia del pueblo sirio».
El canciller alemán Olaf Sholtz también calificó de «buena noticia» el fin del regimen sirio, el cual dijo «oprimió brutalmente a su gente», reseñó AFP.
Por su parte, desde Reino Unido, la viceprimera ministra Angela Rayner dio la «bienvenida» a los acontecimientos de Siria.
«Un sueño que empezó en 2011»
Mientras, los residentes de la capital tratan de entender lo que ha ocurrido en las últimas horas.
«Por primera vez en mucho tiempo, hay una verdadera sensación de libertad», dijo a la BBC una ciudadana, que pidió no ser identificada por razones de seguridad.
«Es algo que no hemos experimentado antes y que nos sorprende», añade.
«Las calles están llenas de celebraciones. En la plaza central de Omaya la gente está celebrando de forma pacífica, están lanzando fuegos artificiales», explicó, añadiendo que también se escuchaban disparos.
«Lo que estamos sintiendo se parece a lo que sentimos al inicio de la revolución en 2011. Esto es la continuación del sueño que empezó aquel año«, dijo.
Y añade que hay una sensación generalizada de incredulidad por la ausencia de una intensa batalla en la capital, y también de cierto temor por el futuro, pero que predomina el espíritu de celebración.
«Vemos a muchos rebeldes que vienen de diferentes partes, principalmente del sur de Siria, pero también vemos coches con matrículas de Idlib y Alepo«, explicó desde Damasco la periodista de la BBC Barbara Plett Usher.
Sin embargo, las celebraciones en la capital fueron salpicadas por el saqueo al palacio presidencial y de la embajada iraní, hechos condenados por los rebeldes.
La BBC constató con sus cámaras como buena parte del mobiliario de la sede gubernamental desapareció, mientras personas deambulaban en su interior sin reparar en los papeles se encontraban esparcidos por el piso.
Los que regresan
A primera hora de este domingo decenas de personas llegaron hasta Masnaa, en la frontera de Líbano con Siria, para tratar de regresar a los hogares que dejaron atrás hace años.
Algunos jóvenes se reunieron en el cruce, cantando canciones revolucionarias y enarbolando la bandera verde de la oposición.
Fuentes del lado sirio de la frontera le informaron a la BBC la aduana y los puestos de control de pasaportes ya no operan.
Los rebeldes, quienes están ahora a cargo del paso, ordenaron al personal de seguridad abandonar sus posiciones y detener las operaciones, y no está claro en qué momento permitirán cruzar desde el lado libanés.
Además de haber tomado Damasco, HTS informó en su canal de Telegram que entraron en Deir al Zur, la ciudad más grande del este del país, después de que las fuerzas de Al Assad se rindieran este domingo.
Asimismo, los rebeldes aseguraron haber liberado a los presos de la infame prisión de Sednaya, que Amnistía Internacional describió en 2017 como un «matadero humano» en un informe en el que aseguraba que entre 5.000 y 13.000 personas fueron torturadas y ejecutadas en secreto durante los primeros cinco años de guerra civil.
Antes de la llegada de los rebeldes, las calles de la capital estaban vacías, la mayor parte de los comercios había cerrado y ciertos productos básicos empezaban a escasear debido a que los ciudadanos estaban haciendo acopio en previsión de que los combates estallaran en Damasco.
Muchos sirios de la comunidad chiita alauí, de la que procede la familia del presidente Al Assad, huyeron a las zonas costeras, según la corresponsal en Medio Oriente de la BBC, Lina Sinjab.
Por otro lado, mientras las guerrillas de HTS avanzaban desde el norte del país, después de tomar Alepo, Hama, Homs y ahora Damasco, las tropas kurdas han ocupado casi todo el este y han llegado a Deir Ezzor.
En el sur, facciones rebeldes locales han logrado controlar la región de Deraa en apenas 24 horas.
BBC Mundo