OPINIÓN: El Gobierno quiere manejar los tiempos de la “ley bases”, pero hay fuerte presión por cambiar la fórmula de las jubilaciones
El Gobierno quiere manejar los tiempos de toda la política de acá al eventual Pacto de Mayo, previsto para el día de la patria en Córdoba si no se quiebra antes la atmósfera de acuerdos.
Los diputados de Pro y de la UCR que el viernes estuvieron en la Casa Rosada se fueron con esa impresión. Los funcionarios y colaboradores de Javier Milei hicieron saber ese día que pretenden que la nueva “ley bases” se vote “a mediados o fines de abril”, si bien su tratamiento en comisiones podría arrancar antes, eventualmente cerca de Semana Santa.
Tanto en la reunión con Pro como en la que mantuvieron con el radicalismo, los funcionarios de Milei escucharon la misma advertencia: que es imperioso cambiar cuanto antes la fórmula previsional, luego de la fuerte pérdida del poder adquisitivo que tuvieron los haberes jubilatorios en los primeros dos meses del año. Los diputados les dijeron que la sesión impulsada esta semana por Hacemos Coalición Federal fracasó por falta de quorum, pero que hay demasiada presión en la Cámara baja por este tema. Resistir un mes más, resultará difícil para el Gobierno.
“Si este es el pronóstico de tratamiento de la ley bases que ustedes tienen, nos parece muy lejano para la cuestión previsional”, les dijo a los funcionarios uno de los diputados radicales. Los legisladores de Pro hicieron un comentario similar. Los escuchaban el ministro del Interior, Guillermo Francos; su segundo, Lisandro Catalán; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi; y el asesor y estratega del Presidente, Santiago Caputo.
Los funcionarios tomaron nota. En el borrador de la nueva ley bases, el Gobierno propuso una fórmula jubilatoria que indexe por inflación a partir de abril con una compensación adicional del 10% por la inflación de enero. Los bloques dialoguistas de Diputados exigen una compensación mayor, que contemple enteramente lo que los jubilados y pensionados perdieron por la inflación de enero, que fue de 20,6%. Fuentes de la Casa Rosada dijeron que no quieren ceder terreno con esos números, que cuida celosamente Luis Caputo por el peso que tienen las jubilaciones en la ecuación fiscal.
Ayer, Milei enfatizó en Radio Mitre: “Con la fórmula actual los diputados pierden 2 puntos del PBI y con esta corrección (que propone el Gobierno) ganan un punto y medio. Esto tiene que estar en línea con respetar el déficit cero”.
Según pudo reconstruir LA NACION, ante la presión que hay en el Congreso, una idea que flotó en la Casa Rosada es la de despegar el capítulo de la fórmula jubilatoria de la ley Bases y anticiparlo vía DNU.
Tensa calma
En principio, el lunes Francos, Rolandi, Catalán y Caputo continuarán la ronda de consultas para intentar atar los acuerdos políticos antes de remitir la ley Bases a la Cámara baja. Recibirán a diputados del bloque Hacemos Coalición Federal, una bancada “amigable” que sin embargo busca imponer agenda propia. Fue citado Miguel Pichetto, que irá a su vez con un grupo de legisladores.
Por otro lado, se espera que en los próximos días el equipo de Luis Caputo convoque a los responsables de las carteras económicas de las provincias para negociar el paquete fiscal, que tiene como componente más discutido la reposición de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias con una base no imponible de $1.100.000. Esa propuesta haría que 1,5 millones de personas pasen a pagar el gravámen que pesa sobre el salario. Allí ya hay una discusión abierta con los mandatarios patagónicos, que rechazan la propuesta por el impacto que tiene el impuesto en sus poblaciones.
A diferencia de enero, donde no se ataron los acuerdos políticos antes de que la ley ómnibus llegara al recinto, esta vez el Gobierno pretende buscar el número de antemano, tanto con los bloques potencialmente aliados como con los gobernadores, con quienes tiene que discutir el paquete fiscal.
La intención del Gobierno de ir manejando los tiempos de la discusión parlamentaria obedece a la necesidad que tiene Milei de controlar la agenda pública en lo que, prevén en la Casa Rosada, serán los peores meses para los bolsillos y en términos de caída de la actividad. “Pasar el otoño”, sintetizó un diputado que estuvo en la Casa Rosada. Otro legislador apuntó: “No quieren que tratemos nada antes de la ley Bases, pero no es tan fácil”.
DNU
El debate de la nueva ley ómnibus -más acotada que la primera, ya que redujo a un tercio los 600 artículos originales- quedó engarzado a la supervivencia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, que tuvo un revés en el Senado esta semana y que puede caer definitivamente si también es rechazado en Diputados.
Si las negociaciones por la letra chica de la ley Bases se complican, en la Cámara baja se podría crear un clima propicio para un rechazo del megadecreto. Tal como contó este medio, en Diputados no hay una mayoría para rechazar el DNU, pero los números no están holgados para el oficialismo. En el Senado, a los votos negativos del peronismo se sumaron los rechazos de los senadores patagónicos. “Ahora esas provincias tienen la espada de Damocles para negociar lo fiscal”, admitió un colaborador de Casa Rosada.
Los bloques amigables le propusieron al Gobierno que convierta el megadecreto en leyes “espejo”. En particular, el apartado de la reforma laboral que hoy está frenado por la Justicia pero que tiene buena aceptación entre los bloques.
“Francos está haciendo un trabajo excepcional y creemos que prontamente vamos a poder llegar a un acuerdo y reenviar una nueva versión de la ley bases”, dijo Milei ayer, optimista. Aunque también advirtió: “Si se comportan como con el DNU, el Pacto de Mayo está lejos. Si se comportan de otra manera y recapacitan, va a haber más chances”. Está claro que, si las negociaciones se empantanan, el Presidente también puede patear el tablero como hizo la primera vez.