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OPINIÓN: Javi, otro tipo con suerte

Mientras en el tema criptomonedas el debate entre “son boludos” y “son corruptos” sigue con final abierto, Javi avanza sin demasiada oposición.

Antes que nada, vaya una observación general sobre la situación política: el presidente Milei es muy afortunado al tener enfrente a gente como, por ejemplo, Axel Kicillof. Pero la historia, el juego y la vida misma enseñan que no es una buena estrategia andar abusando de la suerte. No deberían tirar tanto de la piola.

Dicho esto vamos a lo que nos entretiene.

Se lo empató nomás. Finalmente el equipo de “son corruptos”, o sea aquellos que piensan que lo de la criptomoneda fue un choreo del triángulo de hierro, logró la hazaña. Como ya contamos, iba ganando cómodamente “son boludos” por 4 a 0, es decir ganaban los que dicen que esto fue una estafa de unos vivos que se aprovecharon de un gobierno manejado por un triángulo de chambones. Pero en los últimos días “son corruptos” hizo una remontada histórica a pura data y corazón.

Aparecieron declaraciones, registros de ingresos a la Rosada, fotos comprometedoras, entró a la cancha el New York Times y en el último minuto, cuando estaban 4 a 3 y los de “son boludos” se defendían colgados del travesaño, llegó la entrevista que Majul le hizo el domingo pasado a Milei, centro llovido sobre el área, la defensa del presidente titubeó y “son corruptos” se lo empató sobre la hora, 4 a 4. Nos vamos al alargue.

Obviamente, el gobierno estaba jugado a que “son boludos” ganara el debate sobre el affaire $LIBRA. Suena lógico. Por otra parte, no tenían mucha opción. En temas como estos, es preferible quedar como boludo que como corrupto. De alguna manera, la condición de boludo la podés ir dando vuelta con el tiempo. En cambio la de chorro se te pega para siempre. Como le pasó a Cristina y al kirchnerismo.

Ahora se viene el suplementario y es otro partido. Los dos están cansados, pero “son corruptos” llega agrandado por la remontada. Vienen con viento en la camiseta. Para colmo metieron un cambio determinante que enloqueció a la hinchada: entró Lilita.

Su sola presencia ya mete miedo. No estará al ciento por ciento, pero para jugar 30 minutos le sobra. Es peligrosísima. “Son boludos” no se puede dormir porque en una distracción ella te mete tres o cuatro denuncias y te liquida. No olvidemos lo que pasó con De Vido y sus muchachos. Se creían que ganaban la Libertadores y terminaron en el penal de Marcos Paz. Ella solita los arruinó a todos juntos.

Seguramente “son boludos” mandará todos sus tuiteros a pegarle a Carrió. Comunista, admiradora del comunista Alfonsín, mujer, gorda, empoderada. Todo mal. La líder de la Coalición Cívica tiene todos los condimentos para que los fans libertarios, siempre tan homofóbicos y misóginos, le coman los talones. Pero no les va a resultar fácil. Lilita tendrá los tobillos hinchados como el Diego en el Mundial de Italia 90, pero es durísima.

Hay que aguantarla allá arriba. Con Paula Olivetto y Mariana Zuvic conforman un tridente ofensivo que ha sido una verdadera pesadilla para el kirchnerismo. Además son coperas, en el sentido futbolístico del término obviamente. Tienen la mística.

Ahora lo más probable es que “son boludos” intente aguantar el resultado para llegar a los penales. Ahí corren con ventaja: Milei fue arquero. Veremos como sigue. Partidazo. Va en vivo por TN, La Nación+, A24 y C5N.

Mientras seguimos las alternativas de este apasionante debate, vayamos a lo realmente importante: la guita.

El gobierno acaba de anunciar que logró un acuerdo con el FMI para que nos tiren una anchoa. Al parecer, serían unos 10.000 palos verdes. Flor de anchoa.

El presidente Milei dice que esto no es deuda nueva que contrae el país porque es plata que nos presta el Fondo para cancelar deuda del Tesoro Nacional con el Banco Central. O sea, amigo lector, sería como si usted, como jefe de familia, tomara un crédito del Banco Galicia para cancelar una deuda que usted tiene con su esposa. Por más que la quieran disfrazar es exactamente lo mismo. Reconozcamos que, a la hora de disimular su condición de casta, los libertarios son muy creativos.

En el Congreso están muy enojados porque, en lugar de presentar un proyecto de ley para oficializar y aprobar el acuerdo, el gobierno metió un DNU sin informar el monto ni la tasa ni los plazos ni las condiciones ni nada. Tampoco sabemos cuál es la fecha de entrada en vigencia del acuerdo y mucho menos cuál es la fecha en que tenemos pensado defaultearlo.

Sin embargo, en esta tenemos que ser vivos, hacernos los boludos y ayudar para que el FMI muerda el anzuelo, suelte la guita y, una vez más, los volvamos a embocar. Veamos.

Se supone que el ministro Caputo no puede usar la guita que nos presta el FMI para intervenir en el mercado cambiario y mantener el dólar controlado. Al menos eso es lo que exige el FMI y eso es a lo que el ministro se habría comprometido. Aparentemente todos le creen. Todos menos nosotros que lo conocemos al quia. Ya hizo este chiste en 2018.

No importa. Aprovechemos. Quienes prefieran seguir colocando pesos y ganando una buena renta en dólares, no van a correr riesgo porque el gobierno obtendría el cash suficiente como para mantener el valor del dólar, al menos hasta las elecciones. Obviamente hay que saber salir a tiempo, pero hasta en eso ya estamos cancheros los argentinos.

Por otro lado, hay gente que, aún con esta ventaja, no quiere quedarse en pesos porque recuerda las inolvidables palabras de Javi: “…Jamás en pesos, el peso es la moneda que emite el político argentino…o sea no puede valer ni (como) excremento… esa basura no sirve ni para abono” (textual 9/10/2023).

Para esos memoriosos con capacidad de ahorro, está la posibilidad de comprar dólares baratos o a precio maniatado, al menos hasta las elecciones. Como dirían los viejos peronistas: el FMI cumple, Caputo dignifica.

Para que se entienda mejor, comprar dólares baratos no es otra cosa que llevarse parte de la anchoa. Y para que esta joda funcione, lo único que debemos hacer es ponernos todos de acuerdo en que nadie critique al gobierno por el nuevo préstamo del FMI y todos nos hagamos los boludos. Total, hay un montón de otras cosas para putear al gobierno. En esta, silencio stampa.

Desde acá le pedimos al kirchnerismo, al radicalismo, al PRO, a los econochantas, a los ensobrados, a los mandriles y al resto de los comunistas que no abran la boca. Aprendan de Massa que nunca dice nada.

A propósito: insistimos en que, curiosamente, tampoco el gobierno habla de Massa. Nunca lo nombra ¿Raro, no? Un temita sobre el que no tenemos pruebas pero tampoco tenemos dudas. Ahí se esconde algo oscuro. Algo que nadie puede explicar bien. Massa vendría a ser la criptomoneda del peronismo.

En fin, amigo lector, Kicillof gobierna la provincia, Cristina lo sabotea, Macri no decide qué hacer de su vida, Lousteau y Larreta decidieron y así les fue. A todo eso junto se enfrenta Milei.

Como dijimos al principio: qué suerte tiene este muchacho.

Para Clarín, Alejandro Borensztein

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