OPINIÓN: Kicillof y Lijo, dos tipos con suerte

Kicillof fue salvado sobre la hora por la impericia del gobierno nacional y Lijo directamente se está por sacar la lotería.

Antes que nada, felicitamos una vez más al topito Santiago Caputo quien, infiltrado en el gobierno para destruirlo y traer de vuelta al kirchnerismo, cerró la semana con otra jugada magistral.

Justo cuando Kicillof estaba jaqueado por la inseguridad y declaraba pavadas en los medios, Caputo lo convenció a Milei de que le pida la renuncia al gobernador y lo amenace con intervenir la provincia.

O sea, en el exacto momento en que a Kicillof se le venía el mundo encima, el gobierno lo interrumpió, desvió la atención y le pidió la renuncia a un tipo que hace apenas un año fue reelecto con el 45% de los votos.

En plena catástrofe, Kicillof andaba explicando que, por culpa de la política económica, la temporada veraniega fue floja, hubo 9% menos de veraneantes y el consumo de los turistas cayó un 27% (dijo todo eso). En lugar de quedarse piola y dejarlo expuesto como un papanata, Caputo hizo que Milei lo atacara y de ese modo le tirara el salvavidas más grande del mundo. Extraordinario.

Como dijimos la semana pasada, Javi desconoce el sabio consejo de Napoleón cuando decía “nunca interrumpas a tu enemigo mientras se está equivocando”.

Con una sola jugada el Topo salvó a Kicillof, unió a todo el peronismo y logró que Cristina saliera a respaldarlo. Hasta un día antes, Cristina prendía velas para que Kicillof se atragantara con un huesito de pollo y terminara tirado en el piso de un hospital del conurbano. La amenaza de Javi la hizo abandonar sus diferencias con el gobernador y los unió, merced a la pericia de Caputo.

Ahora solo falta que el Topo lo convenza a Milei de ir a las próximas elecciones separados del PRO con la excusa de que ya no lo necesitan y terminen aplastados por el peronismo bonaerense. En Wall Street ya se habla de Santiago Caputo como un Alberto 2.0 remixado. En el bar de la esquina también.

Dicho esto, vayamos a lo importante.

En principio, actualicemos los datos sobre el tema del gobierno y las criptomonedas. En el debate entre “son boludos” versus “son corruptos”, todo indicaba que era partido fácil para “son boludos”. En los primero días, o sea al término del primer tiempo, “son boludos” se fue al vestuario ganando 4 a 0 cómodo. Se olía una goleada por parte de quienes sostienen que el affaire de las cripto fue una avivada de una banda de ladris que usó al presidente y a la Jefa para hacer una estafa, aprovechando que el triángulo de hierro es una geometría de pocas luces.

Pero ya se sabe que en el fútbol no te podés dormir. En el segundo tiempo, el equipo de “son corruptos” metió un par de cambios, difundió más información, aparecieron datos con mucha vocación ofensiva y, en pocos minutos, le metieron dos goles a “son boludos” acortando la distancia. Están 4 a 2 abajo pero la designación por decreto del juez Lijo es penal a favor de “son corruptos”. Todavía están revisando el VAR pero todo indica que se lo van a dar.

Si “son corruptos” convierte se pondrían 4 a 3 y a tiro del empate. Así es el fútbol. Era partido liquidado para “son boludos” y ahora “son corruptos” se puede quedar con todo.

Hasta en las casas de apuestas la cosa se dió vuelta y “son corruptos” ya es favorito. Sobre todo desde que ingresó el New York Times, que es un jugador muy alto. De pelota parada, arriba te gana siempre.

Aclaración importante: cualquiera sea el resultado final del enfrentamiento entre “son corruptos” y “son boludos”, está clarísimo que por ahora nadie le puede pelear el campeonato a “está completamente loco” que va primero solo e invicto.

Mientras esperamos la definición de este encuentro, que promete transformarse en el superclásico de La Libertad Avanza, aprovechamos para darle formalmente la bienvenida a la vida política nacional y a nuestros corazones al Juez Ariel Lijo y a Vladimir Putin, ambos reivindicados por el gobierno nacional.

Dos amigos de la casa, dos baluartes de los valores que esta página viene defendiendo desde hace un tiempo, más precisamente desde el jueves.

Tanto que lo puteamos y al final Alberto tenía razón cuando le ofreció a Putin que Argentina sea la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica.

Obviamente, tanto la designación de Lijo como el cambio de posición sobre el tema de Ucrania, no han provocado ninguna reacción seria de la oposición. Se hacen los ofendidos, tiran algún tuit, un poco de cacareo y no mucho más.

Del lado del kirchnerismo era previsible. A Cristina le encantan los jueces como Lijo porque, según trascendió, para Ella “es un juez con el que se puede conversar”. Y sabemos que Cristina es muy conversadora. Sobre Putin ni hablar, a Ella siempre la sedujo el lado de afuera de la democracia y no iba a cambiar justo ahora. Maduro, Putin, Irán, China, Chávez, Castro, solo falta que el tirano de Corea del Norte se afilie a La Cámpora y cartón lleno.

Lousteau y los radicales simulan estar en contra de Lijo y no les debe haber gustado lo de Ucrania. Están tan preocupados que llamarían a una convención urgente del partido, probablemente para octubre o noviembre. Prometen una reunión con la asistencia de la militancia completa, irían los ocho.

Del lado de Macri la cosa es distinta. Él siempre se ha pronunciado en contra de Lijo y sin dudas debe ser crítico del giro del gobierno en relación a Ucrania. El Gato convocó a una reunión del PRO pero no logró que se emita un documento oficial de repudio a las medidas del gobierno. La realidad es que ya hay varios dirigentes del PRO que se han mudado a LLA y todavía quedan algunos más esperando que les llegue una oferta antes de que cierre el libro de pases.

Nobleza obliga, cabe decir que muchos dirigentes se le van porque Macri no le está poniendo mucha garra. Todo indica que al Gato le gustaría liderar un espacio crítico con fuerte caudal electoral en defensa de valores republicanos, pero hasta las 18:00 o 18:30. No mucho más. Ni hablar cuando arranque la temporada de bridge.

Mucha gente se pregunta por qué Milei insistió en designar a Lijo. Se habla de un pacto de impunidad con Cristina, o con algún otro malviviente. Es una posibilidad algo confusa porque solo con Lijo difícilmente le alcance para zafar del quilombo que tiene.

Otros dicen que el gobierno busca una mayoría automática en la Corte, cosa que aún con Lijo nadie podría asegurarles.

Quizás lo vean a Lijo como un activo de renta fija y lo hayan comprado, como quien se compra un local en la Avenida Cabildo y cobra una guitita todos los meses, en este caso sin tener que lidiar con el inquilino.

Dentro de las posibilidades, no descartemos que el equipo de comunicación del presidente lo haya convencido de convocar a Lijo para que al menos haya uno que tenga más papada que Javi.

De ser así, esto también explicaría el insistente rumor de que estarían por sumar al gabinete a Guillermo Montenegro. Entre la papada de Lijo y la de Montenegro, la de Javi pasaría más desapercibida y no habría que bajar tanto las luces ni picar las cámaras.

Pulgares arriba pero con la frente en alto.

Para Clarín, Alejandro Borensztein

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