Rechazo del mega DNU: Victoria Villarruel no convocó la sesión que solicitó el kirchnerismo para tratarlo
La vicepresidenta Victoria Villarruel decidió refugiarse en el silencio y generó una nuevo pico de tensión política en el Senado, al dejar sin respuesta el nuevo intento del Frente de Todos por forzar una sesión especial en la Cámara alta para rechazar el decreto de necesidad y urgencia 70/23, firmado por Javier Milei en diciembre del año pasado.
Este es el segundo pedido que hace el bloque del Frente de Todos con la intención de asestarle un golpe político al Gobierno. El primero nunca fue contestado por la vicepresidenta, lo que motivó la airada reacción de la bancada que preside José Mayans (Formosa) que, en una conferencia de prensa, acusó a la vicepresidenta de estar incumpliendo con sus deberes como funcionaria pública.
“No vanos a convocar”, confirmaron en el entorno de Villarruel. El desaire provocó la reacción del kirchnerismo, que insistió en su idea de que la Cámara alta trate “el decreto en el recinto” y exigió la convocatoria a la sesión para discutir el decreto. “Al no hacerlo, la vicepresidenta de la Nación incumple con la Constitución Nacional, la ley y el Reglamento de la Cámara” de Senadores.
En un breve comunicado de cuatro párrafos, el Frente de Todos calificó de “medida dilatoria” el pedido de la UCR para que se constituya la comisión bicameral que deba analizar la legalidad del DNU y desafió a los otros bloques de oposición a que “asuman su posición de cara a la sociedad, frente a las consecuencias que ya genera (el decreto) en la vida de los argentinos”.
En este nuevo pedido, formulado la semana pasada, la bancada kirchnerista solicitó sesión especial para este jueves a las 14. La nota llevaba la firma de 32 de los 33 senadores del Frente de Todos. Como ocurriera en la oportunidad anterior, a menos de menos de 24 horas para el vencimiento del día y la hora reclamada por el bloque opositor la presidenta del Senado seguía sin responder.
Alerta ante la ofensiva kirchnerista, Villarruel viene manteniendo fluidos contactos con referentes de los bloques de la UCR y de Pro, como así también de otras bancadas menores, con el objetivo de asegurarse que no se sumarán a la jugada del Frente de Todos y, de paso, diseñar un plan para desactivar la bomba de tiempo política que, sabe, implica el DNU 70/23 desde que fue enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo.
Sin embargo, la tensión política en el Senado ha ido en aumento desde la ruptura de relaciones de Milei con la oposición dialoguista que implicó el sonoro fracaso de la denominada ley ómnibus y la posterior reacción del Presidente contra diputados opositores y gobernadores.
En este contexto, la presidenta del Senado se encontraba en la encrucijada de decidir si le vuelve a dar la espalda al reclamo y volver a quedar enfrentada con el kirchnerismo o si convoca a la sesión sabiendo que el resto de la oposición no se plegará al pedido, lo que le permitiría asestarle un duro golpe político a la conducción del peronismo de las Cámara alta al exponer que, al menos por ahora, no tiene los números para rechazar el DNU.
Cualquiera sea la decisión que adopte Villarruel tendrá repercusiones en el funcionamiento del Senado en el futuro inmediato. El viernes de la semana próxima, según lo planificado pero todavía no oficializado, están previstas dos sesiones que serán fundamentales para Villarruel, una, y para el Gobierno de Miilei, la otra.
La primera es la sesión preparatoria en la que la Cámara alta debe elegir a sus autoridades. Villarruel logró alzarse con una victoria política el 13 de diciembre pasado cuando torció el brazo del bloque del Frente de Todos, que se resistía a adelantar el recambio de la mesa de conducción del cuerpo. Ese día, la vicepresidenta reunió 39 votos, 32 aportados por la oposición no kirchnerista, y logró nombrar a personas de su confianza en dos puestos clave, como son las secretarías Administrativa y Parlamentaria.
La segunda sesión, también a celebrarse el próximo 23 del corriente, tendrá por finalidad sancionar los cambios a la legislación para prevenir y reprimir el lavado de dinero. El proyecto, aprobado en Diputados en abril de 2023, es reclamado con urgencia por el Gobierno nacional, ya que lo precisa antes del 3 de marzo próximo, cuando llegaría al país una misión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para revisar la legislación nacional. Una mala calificación del organismo podría repercutir en la economía nacional, sostuvieron funcionarios que concurrieron a defender la iniciativa al Senado.
Sin embargo, esta última sesión podría convertirse en un arma de doble filo para Villarruel, ya que también implicará abrir el recinto y darle al kirchnerismo la posibilidad de pedir la modificación del temario de la sesión para incluir el tratamiento del DNU 70/23.
Hasta el momento, la vicepresidenta tendría un principio de compromiso del resto de la oposición no se sumaría a una jugada del kirchnerismo. Pero con Milei fustigando a la oposición por redes sociales y tomando represalias contra las provincias, el panorama puede cambiar en cualquier momento.
La Nación