Tensión diplomática: dos funcionarios rusos se negaron a hacerse un test de alcoholemia en Recoleta

Se trata de Sergei Baldin y Timur Salomatin Cardmath. El primero estuvo una hora atrincherado en su auto. Ambos se negaron a someterse a un control de alcoholemia por Navidad.

Los diplomáticos rusos dieron la nota esta mañana cuando, con pocos minutos de diferencia, se negaron a hacer un control de alcoholemia. Ellos fueron identificados como Sergei Baldin, de 38 años, y Timur Salomatin Cardmath, codirector de la Casa de Rusia en Buenos Aires.

Baldin estuvo atrincherado cerca de una hora a bordo de un Volkswagen Vento con chapa patente diplomática. El hombre se negó a realizar el test de alcoholemia que estaban realizando los agentes de Tránsito de la Ciudad. Según registros, tiene Clave de Identificación (CDI) argentina y según fuentes consultadas, trabaja en la Embajada.

El diplomático cumplió funciones en 2023 como representante comercial de Rusia en Cuba. También estuvo vinculado a actividades culturales en su país.

En la puerta de la embajada rusa, un vocero que solo se identificó como Alexander y dijo cumplir funciones de primer secretario de la sede diplomática, consideró que el incidente fue “una grave violación del derecho internacional”. “Según la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas, los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada ni registro”, afirmó en la embajada, ubicada en ell barrio de Recoleta.

Poco después, la embajada rusa emitió un comunicado donde sostenía que la Argentina debía “impedir cualquier atentado contra la persona, la libertad o la dignidad de todos los miembros de la misión diplomática” y “garantizar su libertad de circulación y de tránsito por su territorio”. “Al mismo tiempo, los medios de transporte de la misión no pueden ser objeto de ningún embargo”, agregó el texto.

El diplomático ruso que conducía el vehículo
El diplomático ruso que conducía el vehículoX

Ante la escalada del conflicto, el ministerio de Seguridad nacional y la Cancillería debieron intervenir. Efectivos del departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal llegaron al lugar para “cumplir con la convención de Viena y la leyes que rigen las relaciones diplomáticas”, según informó el gobierno nacional.

El gobierno nacional ratificó que la aplicación de la Convención de Viena impedía la detención del diplomático. Esencialmente porque no se estaba cometiendo un delito in fraganti. “Era una infracción, ni siquiera un delito federal”, contestaron desde la Casa Rosada, ante una consulta de la nación.

La negativa de dos diplomáticos rusos a realizarse un control de alcoholemia en un puesto de la Ciudad de Buenos Aires obligó ayer a que interviniera la Cancillería y las fuerzas de seguridad nacionales, ante una escalada que motivó una queja de la embajada de Rusia en la Argentina.

Todo comenzó cuando el conductor de un auto diplomático de la embajada de Rusia se negó a realizar el test de alcoholemia tras ser detenidos por oficiales de tránsito en el marco del operativo de seguridad vial del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por Navidad.

El conductor del Volkswagen Vento blanco con dominio D094CSB, no aceptó brindar la documentación que le pedía la Policía ni a realizar el test con un dispositivo para determinar el nivel exacto de alcoholemia, según informó la Policía de la Ciudad.

Un diplomático ruso se atrincheró en su auto (Captura)
Un diplomático ruso se atrincheró en su auto (Captura)

Ante la negativa, los agentes escoltaron el auto hasta la embajada de Rusia, en Rodríguez Peña 1741 y elaboraron el acta de infracción.

El conductor tiene documentación rusa y fue identificado como Sergei Baldín, de 38 años. Junto a Baldín había un segundo hombre, identificado como Cardmath Solomatin, también de nacionalidad rusa.

En la puerta de la embajada rusa, un vocero que solo se identificó como Alexander y dijo cumplir funciones de primer secretario de la sede diplomática, consideró que el incidente fue “una grave violación del derecho internacional”. “Según la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas, los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada ni registro”, afirmó en la embajada, ubicada en ell barrio de Recoleta.

Poco después, la embajada rusa emitió un comunicado donde sostenía que la Argentina debía “impedir cualquier atentado contra la persona, la libertad o la dignidad de todos los miembros de la misión diplomática” y “garantizar su libertad de circulación y de tránsito por su territorio”. “Al mismo tiempo, los medios de transporte de la misión no pueden ser objeto de ningún embargo”, agregó el texto.

El diplomático ruso que conducía el vehículo
El diplomático ruso que conducía el vehículoX

Ante la escalada del conflicto, el ministerio de Seguridad nacional y la Cancillería debieron intervenir. Efectivos del departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal llegaron al lugar para “cumplir con la convención de Viena y la leyes que rigen las relaciones diplomáticas”, según informó el gobierno nacional.

El gobierno nacional ratificó que la aplicación de la Convención de Viena impedía la detención del diplomático. Esencialmente porque no se estaba cometiendo un delito in fraganti. “Era una infracción, ni siquiera un delito federal”, contestaron desde la Casa Rosada, ante una consulta de la nacion.

Si un diplomático fuera encontrado culpable de un delito, la Cancillería debería pedir su expulsión del país como persona no grata. “Sería una reacción claramente excesiva para un infracción”, argumentaron en el Gobierno.

Más allá del comunicado, Rusia transmitió además una queja diplomática a la Argentina por lo sucedido.

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