YPF no construirá una planta de GNL en tierra: exportará gas por barcos

El mercado de exportación de gas en la Argentina avanza con cada vez más empresas que aprovechan el excedente de producción de los meses de altas temperaturas para vender moléculas a Chile, Uruguay y Brasil. Por ahora, sin embargo, son operaciones hechas a través de gasoductos.

En paralelo, el sector está diseñando la llegada de varios buques de licuefacción, que permiten transformar el gas de su estado natural a líquido para ampliar el horizonte de venta a otros mercados.

Si bien la idea original de YPF era construir una planta de licuefacción en la localidad de Sierra Grande, en Río Negro, este plan viró en la instalación de buques de gas natural licuado (GNL). “En vez de ser una planta en tierra, son varias plantas offshore (costa afuera)”, dijo el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín.

La petrolera señaló que el objetivo final sigue siendo el mismo: que la Argentina exporte 30 millones de toneladas por año (MTPA), equivalente a 141 millones de metros cúbicos día (m3/d) de gas natural para 2030. Esto significa duplicar la producción actual de gas del país e incrementar las exportaciones argentinas en US$15.000 millones dentro de cinco años.

La adquisición de buques de GNL ofrece varias ventajas con respecto a la construcción de la planta en tierra. Por un lado, da mayor flexibilidad al proyecto de exportar GNL, porque permite ir escalándolo de a poco. Además, es más fácil de financiar, ya que sólo construir la planta implicaría desembolsar al menos US$3000 millones.

“Antes era incierto saber si eran plantas en tierra o costa afuera, pero la construcción de barcos es más competitiva y más económica. Además, hay más precisión en la fecha de entrega, porque son contratos llave en mano. Esto es importante porque se le puede dar más precisión de entrega a los offtakers [clientes]”, dijeron en YPF.

Al momento ya está confirmada la puesta en producción comercial de un primer buque de GNL para principios de 2027. Se trata del proyecto que lideró Pan American Energy (PAE) -la empresa que dirige la familia Bulgheroni- junto con la compañía noruega Golar, propietaria de la tecnología.

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